Antes de que nos sorprendiera el confinamiento, propuse a mi alumnado de 3°A -un reducido grupo de compensatoria- que realizaran exposiciones orales individuales sobre diversos contenidos de las materias de Lengua y Geografía. Para ello trabajamos en clase el apartado del libro de texto de Lengua dedicado a las exposiciones orales y escritas, incidiendo en el sentido y finalidad de una buena exposición y en las pautas a tener en cuenta para alcanzar dicho fin, las cuales pueden variar en función del carácter oral o escrito de la misma. Tratándose en nuestro caso de exposiciones orales, dedicamos alguna atención también a la importancia de la comunicación no verbal y a la puesta en escena. Por último, dado que me encontraba ante un grupo poco dispuesto al entusiasmo y la participación, comprendí la necesidad de estimularlos con alguna medida que les motivara y les ofreciera un aliciente personal. Debía conectar la actividad con sus intereses particulares y la circunstancia concreta de sus vidas. Así lo hice. Les ofrecí la posibilidad de elegir libremente el tema de sus exposiciones, aunque fuese yo en última instancia quien les diera el visto bueno. El tema elegido -por una chica- que a mi juicio revestía un interés más universal y compartido fue la red social "Instagram". Otros chicos, por ejemplo, futbolista y nadador, hablaron de las cualidades de un buen guardameta o del deporte de alta competición, respectivamente. El nivel de logro fue aceptable y creo que para ellos la actividad fue mucho más fácil por tratarse de asuntos que pudieron elegir con libertad y por los que se sentían concernidos. Me pareció interesante, además, que al final de cada exposición participaramos todos, alumnado y profesor, en una evaluación constructiva de la misma, para imprimir a la actividad un cierto carácter colaborativo y propiciar, asimismo, la obligada atención de todos. Por lo demás, lo juzgué también conveniente por la perspectiva de que estas evaluaciones redundasen en una mayor calidad de la participaciones ulteriores. En suma y para terminar, añadir tan solo que la experiencia ha merecido la pena y que estoy razonablemente satisfecho. Sin duda, puesto que afecta a una competencia a mi juicio esencial, volveré a repetirla en los próximos cursos.