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El cultivo de la caña de azúcar. Los ingenios.

 

La miel de caña es un producto con miles de años de historia, que introdujeron los árabes en la península ibérica procedente de Asia y que Cristóbal Colón llevó a América.

Durante más de cinco siglos y hasta hace apenas cuarenta años, la caña de azúcar, de la que se extrae esta `miel negra` mediante su cocción, formó parte del paisaje y de la economía de Málaga.

Los terrenos que antes ocupaban las cañas han sido sustituidos por cultivos tropicales más rentables como el aguacate y la chirimoya.

De las decenas de ingenios azucareros que había en la costa, solo uno sigue funcionando actualmente, en la localidad malagueña de Frigiliana.

Este Ingenio se ubica en el palacio de los Condes de Frigiliana, un inmueble construido por la familia Manrique de Lara a finales del siglo XVI, y que en 1720 fue adaptado para la fabricación de miel de caña. De trazado renacentista, decorada con pinturas murales de motivos geométricos, presenta varios relojes de sol en su fachada.

Aunque si bien es cierto que su producción actual de miel de caña se hace con jugo de caña exportado de paises como Colombia, Ecuador o Egipto. En el ingenio sólo llevan a cabo la cocción del jugo para la elaboración de la miel y su envasado.

Gracias a la demanda de productos bio y naturales como el azúcar integral de caña y la panela, mucho más sanos y con más propiedades que el azúcar blanco, se está promoviendo volver al cultivo de esta planta de la familia de las poáceas.

En la actualidad, tan sólo un agricultor de origen cántabro en la provincia de Málaga ha recuperado este cultivo con fines comerciales, en forma de licuado a modo de refresco.

Con el programa ¿ Vivir y Sentir el Patrimonio¿ se pretende atender a la diversidad de nuestro patrimonio y  sus valores, procurando  la participación e implicación social, así como fomentar la sensibilización hacia el bien que permita su valoración, cuidado y conservación. Pero también promover su rentabilidad social, identitaria, cultural y económica.

En este sentido, la recuperación del cultivo de la caña de azúcar puede significar una salida laboral de cara al futuro, sobre todo para aquél alumnado que reside en zonas rurales.

 

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