La Segunda República
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Tras la Restauración y la Dictadura de Primo de Rivera, España inició un intenso proceso de democratización a partir de abril de 1931. Las elecciones municipales celebradas entonces, dieron un vuelco a la situación política del país: si bien es cierto que las candidaturas monárquicas se había hecho con la mayoría de los votos, en muchas de las grandes y medianas ciudades la opción republicana-socialista había triunfado. El caciquismo y las prácticas electorales fraudulentas no lograron adulterar los resultados en estos lugares, y la monarquía, encabezada por Alfonso XIII, optó por el exilio.
Durante los siguientes seis años se desplegaron todo tipo de cambios políticos, sociales, culturales y artísticos en el país. La sociedad española protagonizó su presente gracias a múltiples organizaciones y movilizaciones de todo tipo, y como resultado de ello podemos citar los tres gobiernos que se sucedieron.
1931-1933: Bienio progresista
El primer periodo republicano estuvo repleto de reformas. La nueva Constitución puso a España en la vanguardia democrática europea. Además, se promulgaron importantes medidas como la aprobación de la laicidad del Estado o el primer intento de Reforma Agraria.
Otro de los hitos fundamentales fue, sin lugar a dudas, la consecución del sufragio femenino, que supuso un enorme avance en términos de igualdad y democracia.
Sin embargo, los históricos problemas económicos y sociales, agravados por la crisis de 1929, siguieron muy presentes. La clase trabajadora continuaba sufriendo los rigores del paro y la miseria. Fruto de la situación, el movimiento obrero mantuvo y desarrolló protestas y luchas encaminadas a resolver las desigualdades.
En un pueblo de la gaditana comarca de la Janda, Casas Viejas, las obreras y obreros seguidores de la anarcosindicalista CNT, trataron de cumplir su anhelado sueño de justicia social. El trágico desenlace de este episodio mitigó las esperanzas de cambio en parte del pueblo español durante el mes de enero de 1933.
1933-1936: Bienio conservador
La República pasó a ser gobernada por una coalición conservadora por algo más de dos años.
En esos momentos, parte del programa reformista llevado a cabo se deshizo, lo que avivó las tensiones en el país. La cada vez más radicalización de las fuerzas conservadoras alentó serios conflictos políticos y sociales.
Cataluña y Asturias se convirtieron en puntales de la crisis a partir de 1934, pero fue un caso de corrupción el que terminó con el gobierno conservador republicano.
No obstante, el uso de la represión había dejado un reguero de muertos y miles de presos en las cárceles de todo el país.
Frente Popular (1936)
En febrero de 1936, una amplia coalición de las organizaciones republicanas y de izquierda alcanzó el poder político tras unas reñidas elecciones.
Enseguida, el nuevo gabinete se dispuso a retomar el impulso reformista del primer bienio, profundizando en aquellos aspectos de índole social y económica.
Los sectores más poderosos, en cambio, retomaron sus planes conspiradores para derrocar el poder republicano y hacerse con las riendas del Estado.