Ya he realizado las ponderaciones de distintas áreas y voy a contar el proceso que he seguido para establecerlas.
Lo primero, decir que me ha resultado muy complicado este trabajo y muy engorroso porque cuando me puse a ello, me surgían todo tipo de dudas. Hasta que di con un sistema que me parecía coherente estuve tanteando posibles caminos para abordar esta tarea. Aún así, no sé si lo que he hecho está bien y si después de tanto trabajo lo que he hecho no vale para nada.
Otra dificultad surgió cuando llegó la hora de meter las ponderaciones en Séneca. Por una décima te salta el mensajito de que las cifras no dan 100 puntos exactos y eso hizo que en más de una ocasión me dieran ganas de abandonar. Horas me estuve con las ponderaciones de matemáticas porque no me cuadraban las cifras por una minucia.
Dicho esto, paso a describir el trabajo que he realizado.
He establecido unos grados de importancia entre los distintos indicadores de cada área y los he marcado como de alta relevancia, media y baja. A aquellos que no se van a trabajar durante este curso se les ha dado la valoración de cero.
Para saber qué indicadores no se trabajarán he realizado unos cuadrantes por área donde aparecen a la izquierda todos los indicadores del perfil de área y en horizontal, las UUDD. Se han marcado los distintos indicadores que se trabajan en cada unidad didáctica. Este trabajo sirve para , por un lado, determinar que indicadores no se trabajan en los libros de texto de referencia y decidir si se van a trabajar con otro material y, por otro lado, establecer si la evaluación será contínua o aritmética. También da una visión de qué indicadores se trabajan en todas las áreas o en la mayor parte de ellas. Éste dato, a mi parecer, puede ser interesante conocerlo para, posteriormente, tomar decisiones sobre la planificación del trabajo en el aula y para la evaluación del alumnado.
En el siguiente capítulo: Ponderación de Lengua, historia de una pesadilla.