Hola! Acabo de leer el artículo sobre el uso que hacen las editoriales de la vida privada de las autoras para promicionar sus libros.
Me resulta totalmente denigrante que las definan en función de los hombres que han pasado por su vida. Es como si para poder escribir tengamos que tener a un hombre siempre presente, sin importar las cualidades y formación de una autora o el público lector que las ha encumbrado en el mundo editorial.
Es totalmente ofensivo, y hasta ridículo, pensar que la producción literaria de una persona se tenga que basar en sus experiencias amorosas al 100% y se deba a la importancia y/ o categoría de sus acompañantes vitales.