En primer lugar, hacer hincapié en la importancia de la formación recibida, las estrategias aprendidas y las experiencias vividas... Esas experiencias que nos sirven para ir entendiendo la vida, en general, un poco mejor, y la vida, en particular, de nuestro alumnado. Un alumnado que no se encuentra aislado en nuestras aulas, sino que se rodea de un contexto, unas circunstancias, unas experiencias y una vida llena de emociones, los cuales inciden directamente en su desarrollo no sólo académico sino también personal.
Siempre hay que mirar más allá... Todo ocurre por algo, todo comportamiento entrama una serie de sucesos que deberíamos conocer y comprender si realmente queremos ayudar a nuestro alumnado.
El hecho de conocer unas estrategias para llegar un poco más a ellos y ellas es de suma importancia tanto para nuestra labor como docentes como para un proceso de enseñanza - aprendizaje satisfactorio.
Una de las herramientas, no de las más complejas peo si de las que más llamó mi atención es el hecho de preguntar a nuestro alumnado que conseguían o a donde querían llegar con ciertas conductas dirruptivas. Esto los descolocaba un poco ya que nunc se les había hecho e pregunta y, mucho menos, ellos se habían preguntado qué les proporcionaba dichas conductas.
Gracias a esto se podría entrar en el diálogo con una predisposición distinta, ya no desde la "cabezonería" del enfado o la soberbia.
Me ha sorprendido la reacción del alumnado ante esta técnica, por lo que estoy muy contenta de haberla descubierto y haberla puesto en práctica con resultados beneficiosos.
Por otro lado, desde mi área, la educación musical, he puesto en práctica el "manejo" de las emociones a través de la música, que ya sabemos que es conductores de emociones, sentimientos, estados de ánimo, etc.
He podido comprobar a través de la audición de distintas melodías, en tonos mayores (que desprenden alegría) y en tonos menores (estados más melancólicos y tristes) como el propio cuerpo reacciona ante esto poniendo de manifiesto la expresión de un estado interno.
Un ejemplo de esto sería la utilización de la canción "I will follow him" donde una melodía calmada y solemne da comienzo a esta canción para fusionarse más adelante con ritmos que invitan al movimiento, al acompañamiento a través de palmas y a un estado anímico mucho más vivo.