Hola a todos y a todas. Estamos al final del trayecto. LLevo dos años de tutoría compartida. El curso pasado tuve unos resultados bastante aceptables en las alumnas que tutoricé. Este año he llevado a las mismas alumnas en 4º de la E.S.O., junto a otras nuevas. La verdad es que en el plano de la educación emocional, las dos han resultado muy aceptables, aunque no tanto con el resto del profesorado como conmigo. Sin embargo, en el plano académico las cosas no han ido tan favorables. Probablemente, si titulan serán con mucho esfuerzo. Se ha planteado un curso complicado con la desaparición de diversificación de 4º de la E.S.O., lo que arroja a alumnos con graves dificultades a un curso normal, aspecto que la legislación creo que empeora. Por otra parte, elecciones bastante desafortunadas de itinerarios en este nivel educativo han conducido a alguna que otra alumna a un fracaso bastante evidente.

En niveles inferiores, especialmente en 2º de la E.S.O., los resultados han sido bastante más satisfactorios. Con una alumna concreta se trataba de recuperarla y normalizarla tras la muerte de su madre el pasado mes de septiembre. Es una alumna con unas relaciones complicadas, en principio, con su padre (obedecientes en principio más a problemas de la adolescencia que a la ya citada), pero con unas potencialidades geniales. Y creo que estamos en buen camino.

La valoración general de la tutoría de convivencia durante este curso giraría en torno a las siguientes reflexiones:

1º La elección del alumnado es fundamental. Hasta ahora, hemos hecho lo que hemos podido con los alumnos seleccionados. ¿Podríamos llegar a más? Es una seria duda. Seguimos seleccionando alumnos de todos los niveles, aunque en 1º y 2º sigue siendo fundamental esta estrategia, aun que deberíamos cruzarla con otra en 3º y 4º.

2º El trabajo en convivencia en el centro creo que es bastante adecuado, pero este instrumento tiene un talón de Aquiles y es la voluntariedad del profesorado. Todo recae en el altruismo y no debería ser así.

3º Las medidas convivenciales en el centro tienen que apuntar más, si cabe, al hecho de la prevención antes que en la sanción. En este sentido, la tutoría de convivencia se ajusta perfectamente a este diseño. Muchos alumnos tutorizados podrían perderse se no se hace nada con ellos a tiempo.

4º La formación en convivencia es fundamental en nuestro trabajo, aunque también es la que más rápidamente gasta y quema al profesorado. En este sentido, la estrategia general de formación en la que se inserta esta tutoría es básica, y la estrategia del plan de mejora en el Centro va en ese sentido.

Para finalizar, agradecer al compañero Antonio que una vez más haya coordinado tan eficientemente este grupo y hayamos gastado horas de nuestro tiempo en conseguir un mundo mejor dentro de nuestro instituto. Hasta el curso que viene.