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Trabajo colaborativo sobre las murallas de Córdoba

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Poesía desde el Alcázar...

Desde la poesía, podemos acercarnos, pasional y carnalmente, a nuestro patrimonio. Desde el poeta de la antigua Roma, Marcial, hasta el contemporáneo poeta y flamencólogo cordobés Ricardo Molina, han sido muchos los que se han inspirado en esas piedras y jardines como testigos del paso de un tiempo efímero que nos ha legado historia, cultura, riqueza y vidas.

Durante la época romana, Córdoba fue colonia patricia. En el Alcázar estaba instalado el Forum Censorium o aduana, además de ser la residencia del gobernador y cuestor. 

Ya sabemos que Córdoba, en el año 65 (a.d.C.), recibió a uno de los mayores dirigentes Romanos de la historia, con el cargo de cuestor, con funciones principalmente financieras y presidiendo asambleas de comerciantes romanos que estaban en Corduba establecidos. Se trató de Cayo Julio Cesar. Una de sus actividades extraoficiales era la plantación de árboles y flores. Muestra de ellos es el plátano que plantó en los jardines del Alcázar, y que más tarde sería cantado por el poeta Marcial. En estos muros se han plasmado partes del poema. 


¿EN TIERRAS TARTESAS HAY UNA CASA CELEBÉRRIMA
ALLÁ DONDE LA CÓRDOBA VIENTA SE MIRA EN EL PLÁCIDO
EN MEDIO Y ABARCANDO TODA LA MORADA
SE ALZA EL PLÁTANO DE CESAR DE ESPESA CABELLERA
QUE LA DIESTRA FELIZ DEL HUESPED INVICTO PLANTÓ
COMENZANDO SU TRONCO A CRECER DESDE SU MANO
OH ARBOL DEL GRAN CESAR, OH AMADO DE LOS DIOSES 
NO TEMAS EL HIERRO NI EL FUEGO SACRILEGO".

MARCIAL.

 

Al poeta Ricardo Molina, en su Carta a Vicente Aleixandre ¿Mañana y Alcázar de Córdoba¿, le inspiró así:

¿Has visto el rostro eterno y variable, ahora sol, luego viento, luego sombra, hombre, dios, luna, cielo, fuego, río, la faz de todo, el rostro numeroso.

Tú eres cuanto has visto. El que en la parte no lo ve todo es vago sueño en humo de carbón o de lago¿

Este jardín cerrado es todo el tiempo. Las almenas primaverales triunfan con sus siglos de musgo nuevo. El agua de la alberca -oro y verdor- no muere:

Está mirándola, mirando eternidades en el día, oyendo las palabras de los árboles, inmóvil, quedamente, acariciando la creación bella en una sola flor¿

La flor te ha cautivado con su todo preso en goce de beso fugitivo donde el ser en su pleno ser se embriaga, pequeño edén rizado en rojos pétalos.

Así tú eres en el dulce ámbito del cerrado jardín todas las cosas. Perdido en tanto solitario río, tanta selva de cálidas criaturas, tanto incendio de llanto en gloria de astros, tanto goce de luces e la altura, a tu abandono el mundo se abandona y en tu visión se funde -uno y vario- el ser en claridad total del cielo o bien se quiebra en olas, flores, alas, iris de la hermosura universal¿.

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