El artículo argumenta la importancia de formación permanente del profesorado y en la potencialidad educativa de los juegos. Esta metodología hace responsable al alumnado de su aprendizaje pues inventa, crea, se interrelaciona con el grupo favoreciendo habilidades comunicativas y de cooperación, planificando estrategias y logros para conseguir los diversos objetivos que se plantean en cada juego. Así pues, el profesorado debe de orientar a responsabilizarse al alumnado hacia su propia formación desarrollando, por tanto, su propia autonomía.
Según las autoras la simulación y el juego son un recurso válido para esta metodología de clase invertida. Además, Dña. Marta Martín del Pozo pone énfasis en el aprendizaje colaborativo con videojuegos, desmitificando los calificativos inmersos en ellos como es el aislamiento y juego individual.