Puesto que nos encontramos en la fase final tanto del curso académico, como del proyecto de Tutoría Compartida, paso a redactar la experiencia que he tenido con mi tutorando a modo de valoración final.
En mi caso, se ha tratado de un alumno de 12 años, con un comportamiento muy disruptivo, sin maldad ni peligro, pero con mucha falta de disciplina y obediencia.
Su nivel tanto de comportamiento como académico ha venido marcado por una fuerte desidia, que ha impedido trabajar con él, porque no le ha puesto ganas en ningún momento.
A principio de curso, pude observar como sistemáticamente, cada semana, me hacía promesas sobre que quería cambiar y que lo haría, pero posteriormente nunca lo cumplía. De esta forma, he ido cansándome y perdiendo la esperanza en su remontada.
La familia ha estado pendiente relativamente, pero su implicación tampoco ha sido totalmente satisfactoria, por lo que no he podido contar con todos los apoyos necesarios.
A modo de conclusión, valoro positivamente tanto mi total implicación semanal, como la actividad, pero el alumno en cuestión no me ha facilitado la labor, y probablemente acabará repitiendo curso. Sólo me queda esperar, que tanto trabajo realizado haya calado algo en su forma de ser.
Un saludo y gracias por esta actividad tan enriquecedora.
Emilia Pérez.