Damos la señal de salida para nuestro grupo de trabajo, el cual ya tenía yo muchas ganas de poner en marcha desde hace tiempo, como punto de partida de una remodelación de la convivencia en nuestro centro. Éste, sin duda, es el mejor momento para hacerlo debido a la frescura de la plantilla, el entusiasmo mostrado por el claustro desde el inicio y la necesidad de retomar ciertos valores en un tiempo difícil, donde el profesorado ha de afrontar una merma en su autoridad, donde la gestión disciplinaria está ciertamente discutida en la esfera mediática y donde personalmente creo que no sabemos qué rumbo tomar en este mar de samsara.
La empatía es clave para construir una educación significativa; la voluntad y determinación sustentan el valor del esfuerzo; y el desapego es fundamental para reducir la frustración y el sufrimiento. Estos tres pilares pretenden ser esenciales en la construcción de un modelo de gestión disciplinaria efectivo y constructivo.
Os animo a todas/os a emplearos a fondo en esta iniciativa, no solo por los objetivos propios del Grupo de Trabajo sino por abrir un nuevo horizonte en nuestra práctica doncente.