Tras finalizar el grupo de trabajo tengo la sensación de que, aunque he colaborado más o menos activamente, podía haber hecho más. A pesar de ello me siento satisfecho ya que creo que lo más importante de trabajar en actividades como esta es el pararte a pensar. La rutina del día a día rara vez nos permite detenernos y mirar hacia atrás sobre lo que hacemos más o menos bien. Por eso, cuando tienes encima de la mesa un grupo de trabajo como este, de repente y, casi sin querer, te hace reflexionar sobre los hábitos que cada uno desplegamos en el aula.
En las aportaciones que he realizado he reflexionado sobre la importancia del uso de las nuevas teconologías en el aula (uso del móvil fundamentalmente), aspecto que creo fundamental si queremos hacernos con los alumnos. Se trata de algo muy complicado pero creo que antes o después esta herramienta tan cercana al alumnado terminará por formar parte de su trabajo diario.
Por otra parte hay algo que me gustaría resaltar, algo de lo que me he dado cuenta durante mi corta vida profesional como docente y es el hecho de que las emociones y la gestión de las mismas en el alumnado por parte del profesorado es muy difícil de aprender. Creo que hay personas que tienen cualidades innatas en este sentido y esas personas tienen una capacidad especial de gestionar dichas emociones. En ningún momento identifico este último punto con la vocación, un término creo que excesivamente unido a la profesión de docente. Vocación hace falta para hacer un transplante de corazón, pero para entrar en el aula se puede entrar de muchas maneras y no es necesaria la vocación.
En definitiva, creo que grupos de trabajo como este son necesarios para que de vez en cuando se nos active el chip y miremos para atrás con el objeto de hacer autocrítica. Parar, pensar y actuar es necesario, tanto como docentes como en la vida en general.

Hola a todos, en primer lugar, quería comenzar dando las gracias a Ángel por contar conmigo para este grupo de trabajo, ha sido un placer tener un jefe de estudios tan diferente, innovador y valiente. Aunque, a veces, las cosas no salgan como uno quiere, si queremos cambiar cosas habrá que arriesgarse y los frutos de una cosecha no se recogen en un día.
En segundo lugar, y atendiendo a la información que se nos pide, mi aportación concreta al trabajo que se ha llevado a cabo en nuestro grupo de trabajo han sido varias actividades sobre la mejora de la convivencia y prevención de conflictos, y también he participado en la difusión del concurso del logo de convivencia y posterior selección.
Ha sido muy interesante analizar la convivencia a través de las emociones, y buscar otras alternativas. Todavía nos queda un camino largo por recorrer, y espero poder seguir aportando mi granito de arena, pero haciendo autocrítica, como Ángel, hay que trabajar duro y si queremos que la convivencia mejore, involucrarse más.
Por último, añadir que la convivencia en su acepción más amplia, se trata de un concepto vinculado a la coexistencia pacífica y armoniosa de grupos humanos en un mismo espacio, siendo esto así ¿cómo desvincularnos de lo que somos, pensamos y sentimos, todos, profesores y alumnos?

La Convivencia es parte fundamental en la vida de un centro. Este es un gran proyecto, que requiere tiempo, dedicación y aprendizaje, sobre todo mucho aprendizaje. Hay que saber escuchar, porque a veces, aprendes incluso de quién crees que no podrías aprender nada.

Probablemente no he participado todo lo que debería o todo lo que me habría gustado pero sin duda me gustaría seguir participando, porque los logros, por pequeños que sean, siempre van a sumar para conseguir algo mucho más grande. Puede que por el camino nos equivoquemos, pero eso nos servirá para aprender y tomar mejores decisiones.

Sin duda he aprendido a ser más paciente, a buscar diversas soluciones a los problemas que me haya podido encontrar a lo largo del curso y a poner en práctica aquellas mas adecuadas para cada ocasión. He aprendido a ser flexible y a escuchar a todo aquel que quisiera hablarme y a reflexionar sobre cosas que antes ni siquiera me planteaba. He dedicado muchas horas de tutoría a la puesta en práctica de actuaciones encaminadas a la resolución de conflictos, hemos trabajado desde las emociones y desde la reflexión y todos, alumnos y profesora, hemos tenido un espacio para expresarnos, para reflexionar e intentar solucionar todos los problemas de convivencia a los que nos hemos enfrentado como grupo-clase. Y se han conseguido pequeños avances que yo valoro muy positivamente.
Por supuesto nos hemos encontrado dificultades por el camino, y a veces incluso parecía que nos estancábamos un poco, pero aún así lo seguíamos intentado.

Este es un gran proyecto y creo sinceramente, que vamos por el buen camino.

Tras leer a Ángel y a mis compañeros en lo que será el último post, me viene a la cabeza tantas cosas que han ido trascurriendo este año entre aulas y pasillos...
Si bien, Ángel, no hay palabras que cambien a un malhechor sí que hay conversaciones que actúan de bálsamo y que calman y que reconstruyen. A veces parece que empatizar es de profes modernos o de "guais" y que al final, gana el respeto el más estricto y el menos permisivo. Yo soy de las que aún lo duda y se seguirá dando de porrazos contra una pared, pero que se queda con la satisfacción de que cuando estoy en el aula hay respeto ganado y no porque la letra con sangre entre sino gracias a una sonrisa, un poquito de saber ir más allá y "entender" el contexto y el pesito que cada alumno trae , a su pesar, a su espalda desde niño.
Siempre habrá casos y casos, pero no podemos fruncir el ceño y arreglarlo todo con mano firme, que también la hay cuando se es necesario y no me temblará en pulso.

Creo que sí, que ha habido logros ( con nombres y apellidos que no deben ponerse aqui pero que son un hecho en el aula) y objetivos alcanzados que sientan genial llegando el fin de curso.
En referencia a mis actuaciones llevadas a cabo en el centro y/o el aula no dejo de dar las gracias a las ideas que este año nos han ofrecido desde Jefatura, y aún sin ser tutora este año, no he parado de insertar esos 5, 10 y al final 15 minutos de escuchar "ruegos y preguntas" y fomentar el diálogo y la argumentación.
Yo, es que lo digo siempre, caminante no hay camino, se hace camino al andar....Y creo que este año mínimo, hemos hecho la San Silvestre.
FELICIDADES A TODOS.

Mi aportación al grupo de trabajo desde el aula de apoyo a la integración y el aula específica, se ha basado principalmente en las siguientes actividades para desarrollar la relación del alumnado con otros a través de medios digitales:
- Visionados de vídeos producidos por Pantallas Amigas sobre el ciberbullying para que el alumnado pueda ver visualmente las consecuencias de un mal uso de los medios digitales y cómo actuar para prevenirlas.
- Debates sobre los vídeos.
- Role Playing, sobre los vídeos, en los que se dramatizan distintos roles (el que acosa, el acosado, los que están alrededor¿). La experiencia se ha hecho con un grupo pequeño de alumnos/as, dándole a cada uno su papel y han representado la situación delante de los demás compañeros y compañeras de la clase.
- Después, han contado cómo se han sentido después del Role Playing, desarrollando así la empatía. Bajo la expresión ¿Ponte en sus zapatos¿, he tratado de que el alumnado verbalice y sienta lo que le ocurre a la otra persona.
Como objetivos alcanzados, creo que todavía estamos tratando de mejorar e ir alcanzándolos poco a poco, pero sí he observado que el tema les ha gustado ya que está muy relacionado con su manera de socializarse y con problemas que les son cercanos. También, han tomado conciencia de las consecuencias que tiene un mal uso de medios digitales que, a diario, usan sin ser conscientes muchas veces del daño que pueden hacer o del que pueden ser víctimas.
Como dificultades encontradas se resumen en que el alumnado, al principio, está reacio a cambiar su manera de pensar y es muy difícil hacerles ver que, a veces, se equivocan y que hay otros caminos y formas de solucionar un conflicto y de evitar consecuencias negativas que afectan a la convivencia del centro.
Gracias Ángel por haber contado conmigo, he disfrutado aportando mi granito de arena y he visto cómo este proyecto ha ido consiguiendo bastantes de los objetivos marcados, por lo que mi valoración es muy positiva y claro que creo que la gestión de las emociones en el docente y en el alumnado es muy importante y que una sonrisa puede evitar un enfado, un día malo y hasta una realidad.

Hola compañeros, ha sido una experiencia enriquecedora y positiva. Si tuviera que resumir todo este camino, lo calificaría como un aprendizaje. Somos profesores y en este momento alumnos, porque aprendemos unos de otros. Lo fundamental es la coordinación y el trabajo en equipo. No podemos tomar decisiones indiviudales sino coordinadas y analizando a cada uno de los alumnos, como punto de referencia y de estudio. Cada alumno es un mundo, y las decisiones que tomamos dependen del trato con él, de analizar las condexuencias, sus circunstancias. Somos un buen equipo, y he aprendido mucho de todos mis compañeros

Puedo decir que este año he aprendido más cosas que el año pasado. He aprendido cosas más intangibles relacionados con el trato personal al alumnado, la distribución de los alumnos en el aula (algo que no le prestaba especial atención el año pasado), métodos para aliviar el ruido en clase y mejorar la atención en la misma, reducir los tiempos muertos lo máximo posible, etc.
Nunca he sido más consciente como en este curso, que nuestra actitud se contagia al alumnado, tanto lo bueno como lo malo. Es primordial controlar las emociones interiores para evitar que tus problemas personales o las experiencias negativas en otras clases con otros grupos, sean proyectadas en las demás clases. Durante un par de semanas estuve especialmente irascible en una serie de grupos y recuerdo que una alumna me dijo en un tono simpático si era bipolar. Realmente le agradezco ese comentario, ya que en ese momento fui realmente consciente que no debía proyectar esas experiencias negativas en el aula y mantener bajo control mis emociones en todo momento, con un mensaje claro, conciso e inequívoco. Uno de los rasgos que tiene que tener un profesor a mi modo de ver es la paciencia. Por muy mal que fuese el día, por muy mal comportamiento que tengan los alumnos en la clase que estás dando, tienes que permanecer siempre en calma. De lo contrario las cosas irán a peor sin duda.
En mis tutorias he realizado alguna actividad de gestión de las emociones y de desarrollo de la cooperación y la interdependencia positiva para evitar conflictos. Considero que la cohesión grupal y que todos tengan sentimiento de pertenencia al grupo, con un rol o papel específico para el bien del grupo en general, como algo muy a tener en cuenta a la hora de gestionar las emociones y la disruptividad en el aula.

Después de haber trabajado en muchos centros y de participar en muchas gestiones diferentes de la convivencia y de la disciplina creo que sacamos las siguientes conclusiones:
Por una parte no hay ningún método holístico que una vez conocido, se aplique y funcione de por vida. Lo que funciona con un grupo, no funciona con otro, ya que trabajamos con personas.
Si bien nos ha tocado una época difícil, televisión, redes sociales, leyes, etc., parecen estar en contra de la educación, es el material con el que tenemos que lidiar día a día y lamentarse no es camino.
Intento conocer a los alumnos partiendo de conocer primero sus nombres de manera precisa y rápida a principio de curso. Cuanto más los conoces, más y mejor aprendes a tratarlos y a dirigirte a ellos. Algunos, hasta los alumnos más difíciles me han enseñado algo en mi profesión, por eso creo que merece la pena escucharlos, ponerse en su lugar y empatizar. Además de enseñarlos o animarlos a que ellos mismos se pongan en el lugar de otros compañeros o incluso en el papel del profesor por un momento.
Lo que está clarísimo es que esto no funcionará si no tiramos todos ¿del carro¿ en el mismo sentido, padres, profesores, equipo directivo¿ Desde mi humilde experiencia, en los centros donde todos hemos estado más unidos, mejor ha funcionado la convivencia.
Nosotros, como profesores, tenemos que marcarnos nuestros objetivos y partiendo de la realidad de la clase hay que hacer todo lo posible para que todo el alumnado lo cumpla, aunque fracasemos con ciertos alumnos que se nos escapen por diversos factores o por la mezcla de demasiados, pero nunca podremos decir que no lo intentamos lo suficiente.
Todo esto se consigue con vocación, con verdadera vocación, no hay nadie que te guíe mejor que ella, y esto se logra escuchando a los alumnos, a los padres, a los profesores con más experiencia, estando abierto a probar nuevos métodos y no teniéndole miedo al fracaso. Aunque somos docentes, no somos omnisapientes.
Esto es lo que podemos hacer nosotros desde nuestro instituto, otro tema pudiera ser el qué podrían hacer la administración o el ministerio por nosotros, pero eso lo dejaremos para otro curso.