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Adopción una nueva metodología de trabajo que implicara prescindir del libro de texto. A través de esta modalidad de autoformación, conseguimos atender a algunas de estas necesidades que encontramos en el centro y desde la etapa de infantil son fundamentales trabajarlas para una buena consecución de objetivos en la etapa de primaria. El prescindir de un libro de texto de una "editorial" nos permitirá profundizar más en nuestros objetivos primordiales.

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SEGUNDA LECTURA

Gracias por enseñar a nuestros hijos

Publicado por Miguel Ángel Santos Guerra

| 10 Enero, 2015

Cuando viví con mi familia un año en Galway (Irlanda), matriculamos a nuestra hija en una pequeña escuela pública de la localidad, en la hermosa zona de Salthill. Recuerdo que, entre las normas del Colegio, había una que me llamó la atención. Los niños debían, al terminar las clases, dar las gracias a los docentes por lo que les habían enseñado. Carla ha hecho suya esa costumbre y agradece siempre el trabajo de los profesores.

Todas las piedras que tiren los padres y las madres sobre el tejado de la escuela caerán sobre las cabezas de sus hijos.

-        Gracias por lo que me ha enseñado, suele decir.

Me parece una hermosa costumbre. Téngase en cuenta que, en un mundo en el que quien tiene conocimiento tiene poder, el profesor dedica su vida a compartir con sus alumnos el conocimiento que posee.

Mi médica de familia, una excelente profesional de la salud y aún mejor persona, si esto es posible, me manda la carta que ella y su marido le escribieron a los profesores de su hijo pequeño cuando éste acabó la enseñanza primaria. Reproduzco a continuación el texto:

¿El menor de nuestros hijos ha completado su etapa escolar y, por ello, queremos haceros llegar esta carta que quiere ser a la vez de despedida y agradecimiento.

Durante todos estos años han recibido el mejor regalo que jamás obtendrán en la vida, aunque ellos aun no lo saben. Lo que han aprendido durante este tiempo de vosotros es la base del resto de todo su conocimiento, y no nos referimos solo al académico porque ¿saber¿ es necesario para ¡tantas cosas!¿

En adelante, cada vez que lean el periódico, obtengan el carnet de conducir, mantengan una conversación, comprendan una película o hablen en público, estarán aplicando sin saberlo, todo lo que les habéis enseñado.: ese tesoro compuesto de cosas necesarias como leer, resolver problemas, escribir, conocer el curso de los ríos, pensar, preguntar, saber los estados de la materia, hablar correctamente, conocer los números naturales, responder, dominar las reglas gramaticales, estarse quieto, mejorar, ser diferentes, saber qué es un pentagrama, perder, criticar entender en inglés, tolerar, expresar ideas y, sobre todo, tenerlas¿

Gracias a todos y a todas y  especialmente a¿ (aquí aparece el nombre de ocho profesores y seis profesoras).

Intentaremos que ellos mantengan las ilusión de aprender como vosotros mantenéis la ilusión de enseñar. Un abrazo¿.

Ojalá hubiese muchos padres y madres así. Personas conscientes de la importancia de la educación y sensibles respecto a la importancia de la tarea de quienes dedican su vida a la enseñanza. La tarea de la familia es decisiva.

En la familia se establecen vínculos de una gran fortaleza emocional. De ahí que su influencia en la configuración psicológica de los niños y de las niñas sea decisiva para su desarrollo. Por otra parte, la plasticidad evolutiva de la etapa es enorme. Hay fases posteriores de la vida en las que ya están cristalizadas muchas concepciones y actitudes. En tercer lugar, hay que tener en cuenta que el tiempo que se vive en el marco familiar es muy extenso. Los niños y las niñas pasan muchas horas en el ámbito familiar y viven situaciones de mucha y compleja diversidad.  Téngase en cuenta también que, en general, la naturaleza de los vínculos es muy intensa. Las relaciones familiares suelen ser de carácter profundo y no meramente superficial.

La influencia de la familia en el proceso educativo de los niños y de las niñas es indiscutible. Se produce, en primer lugar a través de la ósmosis del ejemplo. El ruido de lo que somos los padres y las madres llega a los oídos de los hijos con tanta fuerza que les impide oír lo que decimos. No hay forma más bella y más eficaz de autoridad que el ejemplo. Pero, además, la preocupación compartida (no solo de uno de los dos) por exigir unos comportamientos ejemplares, tanto en el aprendizaje como en la acción, por establecer unos límites en la conducta y exigir amorosamente el cumplimiento del deber, hace que los niños vayan aprendiendo qué es lo importante en la vida. En tercer lugar la presencia y la cercanía permanente hará que los niños y las niñas sientan que de verdad son importantes.

Ya sé que algunas familias están tan depauperadas culturalmente que es muy difícil hacer frente a las exigencias educativas. El ritmo de los aprendizajes que se exige hoy en la escuela a los estudiantes es tan acelerado que hace falta una segunda escuela en la casa para seguirlo. El problema está en que, a veces, esa segunda escuela no existe.

La escuela debe ser el reino de lo afectivo, no solo de lo cognitivo. La profesión de educar gana autoridad por el amor a lo que se enseña y el amor a quienes se enseña. Los niños aprenden de aquellos docentes a los que aman. La escuela debe ser esa mezcladora social en la que los niños y las niñas aprenden a pensar y a convivir. No solo a callarse y a repetir. No solo a obedecer. Tienen que descubrir lo importante que es el conocimiento para comprenderla realidad y lo necesaria que es la solidaridad para construir un mundo mejor.

Y luego viene la colaboración entre la escuela y la familia. Las dos instancias tienen la misma finalidad: conseguir la mejor educación para los niños y las niñas. Los verbos que deben conjugar a diario los miembros de la escuela y de la familia son: dialogar, compartir, colaborar, ayudar y animar. Todas las piedras que tiren los padres y las madres sobre el tejado de la escuela caerán sobre las cabezas de sus hijos.

Hace falta crear estructuras de participación para que la familia y la escuela puedan actuar con entusiasmo y eficacia en la planificación, desarrollo, innovación y evaluación del curriculum. Sin dar nunca la espalda a la esperanza, a pesar de las adversidades, porque la tarea de educar es consustancialmente optimista. Sin optimismo podemos ser buenos domadores, pero no buenos educadores.

Me contaba hace pocos días un profesor en Talca (México) que un niño había acudido a sus padres quejándose de que un profesor le hubiese dado un coscorrón con la mano en la nuca (estoy en contra de cualquier violencia física, aunque sea insignificante). El padre le dice:

-        Voy a ir al Colegio a ver a ese profesor.

-        ¿De verdad que vas a ir, papá? Sí, por favor, por favor, vete.

-        Claro que voy a ir, hijo. A besar la mano que me está ayudando a educarte.

Lamentablemente nos encontramos hoy con algunas familias que, lejos de mostrar apoyo, colaboración y gratitud hacia los profesores y profesoras de sus hijos, se dedican a desacreditar su tarea, a criticar sus decisiones y a  desautorizar sus opiniones. Pues bien, sin la familia, la educación en la escuela es prácticamente imposible.

Por eso me ha parecido magnífica la iniciativa de la familia de mi doctora, que muestra de manera clara, hermosa y emocionada la gratitud hacia el profesorado que ha dedicado sus mejores esfuerzos a que sus hijos aprendan. Decía el poeta romano Virgilio: ¿Mientras el río corra, los montes den sombra y en el cielo haya estrellas, debe durar la memoria del beneficio recibido¿.

Comentarios
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Mª del Mar Márquez Ariza
La educación es un proceso muy largo que comienza siendo impartida por la familia y luego la escuela y necesita de ambas partes para conseguir un pleno desarrollo educativo y personal del niño/a.
Por ello la escuela debe aceptar la importancia de la participación y la colaboración de los padres en la educación de los niños/as y la necesidad de una relación cordial entre docente y padres.
Escuela y familia han de compartir inquietudes, intercambiar informaciones y pensamientos sobre la educación, la escuela, los hijos... La familia tiene que aplicar los acuerdos tomados e intentar traspasar los conocimientos escolares a la vida diaria. Y la escuela debe alcanzar en cada niño/a los objetivos acordados y traspasar y aplicar los conocimientos familiares y cotidianos a la vida escolar de manera que se consiga esta interrelación entre educación formal y no formal.
Por tanto es evidente que la educación de los niños/as de la sociedad debe ser responsabilidad compartida entre los padres y madres y los profesionales y se debe evitar antagonismos o discrepancias entre ambos para ello se puede usar la comunicación como forma de solucionar diferencias de ideas o pensamientos y apoyarse en los proyectos que se desarrollen y las tomas de decisiones. Con todo esto se demuestra que si un docente quiere educar debe contar con los padres.
Publicado el día 19/05/17 11:56.
Josefa Nieto Montaño
"La educación infantil: una tarea compartida", así aparece este principio metodológico en la legislación vigente, entendiendo que en ambos contextos, el escolar y el familiar, se deben establecer pautas de actuación conjuntas.
Tal vez, un principio al que nos acercamos con miedo en esas ocasiones en las que no hemos establecido un nexo de unión entre los dos contextos. En nuestra etapa se desarrollan actividades y actuaciones que permiten ir construyendo ese nexo: cuenta-cuentos, explico mi trabajo, el libro viajero, cuentos en familia, mascotas en el aula,... Todas estas actuaciones, en un clima de respeto y confianza entre los miembros de la comunidad educativa, docentes y familias, van a ir consolidando ese nexo, que sin duda alguna influirá en la calidad de la educación.
Publicado el día 19/05/17 13:18.
Purificación Villatoro Gutiérrez
La educación del niño o la niña es un proceso largo que tiene su comienzo en el ámbito familiar y esta trayectoria educativa se complementa en la escuela. Por tanto, la educación es una tarea compartida entre familia y escuela; cuya finalidad es conseguir el desarrollo y la educación integral de los niños y niñas.
Para ello, es necesario que ambos contextos mantengan una estrecha comunicación, coordinación y que cooperen de manera conjunta y de este modo, aúnen sus fuerzas para contribuir de forma positiva en la educación de los niños y niñas.
Por desgracia, hoy en día no se aprecia el trabajo que las maestras y maestros realizamos. Muchísimos padres y madres se creen con poder como para pretender que se haga una educación en el colegio a su conveniencia y antojo, creyendo que el colegio es como una "guardería" en la que se entretenga un rato a sus hijos e hijas y no caen en percatarse que los maestros y maestras estamos construyendo los pilares de su visión de futuro.
Publicado el día 19/05/17 13:23.
María Ángeles Algaba Mesa
Dentro de la familia se dan las primeras interacciones, se establecen los primeros vínculos emocionales y vivencias con las personas cercanas, es donde el niño y la niña realizan los aprendizajes sociales básicos que le ayudarán en su relación consigo mismo y con los otros. Cuando llegan a la escuela ya vienen con ese bagaje de conocimientos adquiridos en el ámbito familiar y en el entorno más próximo y se han iniciado en el aprendizaje de contenidos, actitudes, comportamientos y una serie de valores, ya sea de forma intencionada o intuitiva, por imitación, y que irán ampliando en el centro escolar

La familia, pilar fundamental en este proceso educativo y la escuela, en su labor educadora, han de tener una buena relación y llevar una línea de acción conjunta para alcanzar el objetivo de la formación integral de la niña y el niño. Esta relación, siempre desde la confianza, con una actitud de responsabilidad compartida y complementaria, sin tensiones, teniendo claro el papel que cada una, facilitará al alumnado su proceso de enseñanza-aprendizaje a la vez que generará sentimientos de seguridad y motivación hacia los nuevos aprendizajes.
Conseguir que esta educación sea eficaz depende de la unidad de criterios educativos y apoyo mutuo entre familia y escuela, de complementarse más y trabajar en comunión, para alcanzar el objetivo primordial de una sociedad, entregar a ésta, hombres y mujeres responsables, útiles y con valores.

José Antonio Marina nos dice: "Los padres solos no pueden educar a sus hijos,.., porque no pueden protegerlos de otras influencias... Los docentes solos no pueden educar a sus alumnos, por la misma razón. La sociedad tampoco puede educar a sus ciudadanos, sin la ayuda de los padres y del sistema educativo. La intervención de padres y maestros es imprescindible, pero todos debemos conocer sus limitaciones y reconocer que en la red de influencias en que vivimos, todos ejercemos una influencia educativa, buena o mala por acción o por omisión¿ Es imprescindible una movilización educativa de la sociedad, que retome el espíritu del viejo proverbio africano: para educar a un niño hace falta la tribu entera".
Publicado el día 21/05/17 23:02.
Purificación Villar Sánchez
Muchas son las reflexiones que podemos destacar de esta lectura. Hoy día, nuestro sistema educativo se encuentra en un momento de debate. Está claro que la escuela es tradicionalmente considerada como un lugar fundamentalmente de aprendizaje y transmisor de conocimientos, al que hoy día se le exige tratar muchos otros aspectos. En especial, las emociones y las relaciones de convivencia han ido adquiriendo un valor cada vez más importante.
Si queremos lograr una escuela adaptada a realidad, donde poder aprender a pensar y a expresar nuestras propias ideas , tenemos que avanzar más allá de la idea que teníamos de escuela, incluir afectos y temas transversales que marcan la vida diaria de un alumnado expuesto a la inmediatez de las noticias y la información. Para conseguir transformar la escuela e ir adaptándola más a nuestros días, se vuelve completamente necesaria una combinación ¿familia/escuela¿ que apoye el sentido de una educación compartida.
Muchos serían los rasgos que caracterizan esa unión entre aquellos aprendizajes que se obtienen por la crianza en casa y todos los aspectos educativos propios del colegio. Partiendo de la ilusión compartida por un proyecto común, la familia debe dar valor a la escuela desde casa. Esta influencia debe ser recíproca y ser la escuela como institución la que propicie una serie de estructuras para facilitar la participación de las familias. Educar es un término amplio que debe incluir a todas las personas que rodean al alumnado. La relación comprometida de las familias con el proceso llevado a cabo y cordialidad entre ambos les ayudará a niños y niñas en un proceso de crecimiento y aprendizaje mucho más completo y beneficioso en sus vidas.
Publicado el día 24/05/17 18:51.
Juana Romero Castillo
Leer este artículo me ha emocionado. En el ámbito educativo, desgraciadamente, nos encontramos con pocas familias que estén agradecidas con la labor del profesorado. Al igual que en otros ámbitos de la vida, se creen con muchos derechos y pocas obligaciones.
Para que la educación, que es un proceso muy complicado, pueda dar un buen fruto, familia y escuela, tienen que caminar juntas con un mismo objetivo, la educación. Para ello creo imprescindible que padres y profesorado mantengan una buena relación y estén en contacto mediante tutorías, notas en la agenda etc. Alumnado, el cual su familia está comprometida y valora el trabajo del profesorado, está más motivado y obtiene mejores resultados que el alumnado en que su familia no se implica.
Publicado el día 29/05/17 18:40.

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