Fecha de publicación 25/05/17 20:11
Los logros y objetivos que nos propusimos en el proyecto de trabajo inicial, considero que en su mayoría han sido alcanzados ya que en este curso hemos experimentado la importancia del trabajo emocional en el aula. Desde este grupo de trabajo considero que en la escuela del siglo XXI es imprescindible el entrenamiento de las habilidades emocionales y sociales como punto de partida para un saber estar y ser en la vida. Lejos de una mera rama de la psicología, esta aplicación práctica de lo aprendido este año, es una puesta a punto para que los alumnos/as fortalezcan su actitud frente a los estudios (la correlación entre buena gestión emocional y buenos resultados académicos ya es un hecho demostrado), frente a las dificultades que la vida conlleva de forma cotidiana, frente a los conflictos que pueden surgir de las relaciones entre iguales. La escuela prepara los ciudadanos del mañana, y no hay que ser experto en nada para comprender que una ciudadanía con un montón de información almacenada y nula capacidad emocional no conlleva nada positivo. El éxito que esperamos de nuestro alumnado en la sociedad que les ha tocado vivir, depende de la gestión que hoy hagamos los maestros y maestras en nuestras aulas. Por tanto, considero que las actuaciones concretas que hemos llevado a cabo en el centro y en el aula a lo largo del curso así como la elaboración de materiales y recursos y su puesta en práctica, han supuesto la inclusión de las competencias emocionales en los procesos de aprendizaje de nuestros alumnos/as. Los beneficios se notarán a corto y medio plazo, ya que esta dinámica de trabajo continuará en nuestro centro como sello que así nos identifique.