La fórmula para transformar conflictos en soluciones.
Leyendo El libro de las pequeñas revoluciones de Elsa Punset me llamó la atención el método para hacer de un problema una oportunidad y hacerlo desde la asertividad. Pues bien, el artículo creo que está muy acertado porque pone su acento en cómo el lenguaje, bien estructurado, es capaz de hacer de un problema latente una posibilidad de resolución.
Del TÚ
Muchos de los problemas que tienen las personas no se resuelven simplemente porque el enfoque del mismo no es el adecuado. Y no es el adecuado porque parten del TÚ en lugar del YO. El problema del TÚ es su connotación provocadora que no facilita en nada la posibilidad de resolver un problema. Por ejemplo:
- (Tú) No me escuchas
- (Tú) No me quieres
- (Tú) No has cumplido tu promesa
- (Tú) Siempre me interrumpes cuando hablo
Si te fijas en estas frases, podrás observar que la persona que las pronuncia está en una clara actitud defensiva que no invita a que se pueda hablar del problema con la finalidad de solucionarlo.
al YO.
Por el contrario, cuando enfocamos el problema centrándonos en el YO, pones la atención, pones el foco en lo que sientes. Y ahí es donde la empatía juega un papel fundamental para posibilitar la resolución de un problema. Cuando hablas de lo que sientes y lo haces con sinceridad y de manera clara y objetiva la crítica no se ceba con el TÚ. De ahí que sea más fácil iniciar un diálogo que dé pie a transformar un problema en una solución y hacerlo con esta sencilla fórmula, con estas cuatro frases mágicas.
4 Frases mágicas para convertir problemas en soluciones.
En El libro de las pequeñas revoluciones de Elsa Punset, se propone una sencilla fórmula que creo que puede ser muy útil para revertir una situación. Esta fórmula consta de 4 sencillas frases que tendrían la siguiente estructura.
1. Yo me siento (se expresa un sentimiento lo más claro y sincero posible)
2. Cuando tú (se describe el problema que da pie a ese sentimiento)
3. Porque (se explica la razón del problema)
4. Y me gustaría (se sugiere a la persona de qué manera podría solucionarse el problema)
Este es un ejemplo de cómo podemos transformar problemas en soluciones:
1. Yo me siento muy triste
2. Cuando tú me interrumpes mientras estoy hablando en una cena con nuestros amigos
3. Porque estas interrupciones hacen que no valores lo suficiente mis opiniones
4. Y me gustaría que me escucharas en silencio hasta que acabara lo que tenga que decir cuando estamos con nuestros amigos
Si nos fijamos en esta fórmula, el mensaje es claro, se centra en tú sentimiento y carece de agresividad. Es un mensaje que se enfoca desde la empatía, pero sin renunciar a las posibles soluciones existentes. Además, tampoco es agresivo y se centra en una solución factible al final del mismo.
Del TÚ al YO. A modo de conclusión.
Somos lo que pensamos, hacemos, pero también lo que sentimos y expresamos con nuestras palabras. Desde la empatía se puede conseguir que muchos de los pequeños problemas cotidianos que asoman por nuestras vidas se conviertan en soluciones desde una comunicación efectiva y sin renunciar a ser asertivos.
Fuente: "El libro de las pequeñas revoluciones", de Elsa Punset.