Sólo de positiva puede ser calificada nuestra participación en el grupo de trabajo "Trabajando las emociones en el aula II" por la incorporación de nuevas experiencias y dimensiones en nuestra práctica diaria, reflexionando juntos sobre la función que desempeñan las emociones y sentimientos en la dirección de nuestros pensamientos y acciones en cualquier ámbito de la vida, especialmente en la de nuestros pequeños.
Tanto en el desarrollo de la programación diaria de las diferentes áreas de conocimiento como en aquellas actividades complementarias, especialmenta aptas para el desarrollo de contenidos propios de la Educación Emocional, observamos con entusiasmo el progreso de nuestro alumnado en el reconocimiento y comprensión de su estado afectivo. Actividades como "Cariñograma", "Día de la Paz" o "Taller de sensibilización hacia las personas con discapacidad" ponen de relieve el papel que juegan las emociones en la vida de las personas, de modo que nuestros niños y niñas comprendan que un estado anímico positivo es determinante en la consecución de sus metas personales y en la afrontación de las dificultades que, inevitablemente, la vida colocará en nuestro camino.
Observar profundamente nuestras emociones nos ayuda a comprendernos y aceptarnos, y a comprender y aceptar a los demás. Nos permite mejorar las relaciones con las personas con las que convivimos y, consecuentemente, a mejorar nosotros mismos.