Esta semana se han dado en el aula una serie de circunstancias que me han embargado de EMOCIONES MUY POSITIVAS.Una mamá me preguntó que si me interesaba que su hija aportara al aula un libro: "El monstruo de colores". Me quedé SORPRENDIDA, y de manera muy grata. No sé exactamente cómo se ha ido encadenando los hilos, pero la cuestión es que el tema de Educación en valores se ha transferido también a las familias.He narrado la historia y al alumnado le ha encantado. Todos/as han entendido el mensaje. Toda la clase ha comprendido cómo el monstruo pasó de estar en su interior hecho un lío a estar "ordenado" en cuanto a sus emociones.Al terminar de narrar la historia del monstruo pregunté a cada alumno/a que cuál era el bote que más les gustaba. Fue muy ilustrativo. Muchos de los/as alumnos/as se retrataban. Tengo que contaros algo muy significativo que sucedió al respecto. Un alumno manifestó que él se quedaba con el bote de la ALEGRÍA, CON EL DE LA CALMA Y CON EL AMOR, porque así se es FELIZ. Este ejercicio de síntesis y de conclusión me SORPRENDIÓ, sobre todo al saber que lo estaba manifestando un alumno de 4 años.Un silencio envolvió a toda la clase tras esta afirmación. Y hay también una segunda actividad , asimismo muy significativa que ha sucedido esta misma mañana: otro alumno ha realizado un dibujo del monstruo de colores y ha conseguido representar gráficamente todas las emociones que se presentan en este libro ¿(si consigo saber cómo se sube aquí la imagen os pasaré el dibujo realizado. !Es fantástico¡).Por último, en relación con este libro y de acuerdo con el objetivo de nuestro grupo de trabajo, hemos insistido en cómo se representa con el personaje del monstruo la emoción del MIEDO.
Para terminar esta intervención he de concluir que este libro :"El monstruo de colores" es un excelente recurso pedagógico para trabajar la educación emocional. Tiene la virtud de apoyarse en la representación gráfica y ello hace que las emociones sean captadas por los menores: A cada emoción se le da un color. Ello permite que sean individualizadas y diferenciadas por los/as niños/as. El hecho de tener como personaje nuclear a un monstruo (tan significativo para los/as niños/as) logra vincularse EMOCIONALMENTE AL CORAZÓN DEL ALUMNADO. Hay algo también muy didáctico y pedagógico: la idea de incorporar los botes en los que se introducen las emociones es un excelente recurso para ir inculcando la idea de que podemos gestionar lo que sentimos. Somos nosotros/as los que decidimos "abrir" o "cerrar" tal emoción.