El balance del curso a nivel personal puedo decir que ha sido altamente satisfactorio. Aunque siempre es mejorable todo, la realidad es que la implicación del alumnado como de los compañeros con los que he compartido este proyecto, ha sido interesante y emocionalmente muy satisfactorio.
He comprobado un año más que este tipo de proyectos interdisciplinares se sostienen sobre equilibrios inestables, y que lo importante no es tenerlo todo bajo control, sino manejar claramente cuáles son los propósitos con los que pretendemos construir dichos proyectos. Que aunque no siempre se tenga tiempo para coordinarnos, cuando la voluntad de los profesionales y los alumnos es realizar bien algo, esto sucede y se materializa, porque ése es el elemento imprescindible para avanzar.
He disfrutado un año más con mis alumnos y con aquellos compañeros que compartimos esa pequeña locura que es imaginar, plasmar, discutir, proyectar y realizar¿cualquier cosa. Porque en realidad me ha igual hacer teatro, cine, dibujar, escribir diálogos, hacer maquetas, carteles, power points, procesar textos, cortar madera, acarrear cartones, recuperar papel, limpiar brochas, perder otra vez una camisa manchada con pintura o aquellos zapatos que tanto me gustan con aguarrás. En fin, reir y disfrutar con ellos, juntos a ellos y por ellos.