Aunque no había leído nada específico de Fernádez Bravo, si que en mi concepción de entender la educación y en la lógica de cómo aprenden los/as niños/as comprendo que hay algo fundamental que, por lo general, los docentes hacemos mal... y es el empezar la casa por el tejado, por ejemplo, con los números, pretendemos partir de que los niños/as aprendan su símbolo o el nombre convencional siendo ésto lo ultimo dentro del proceso de abstracción matemática. Aunque sea obvio es necesario olvidarnos de ésto en un principio y trabajar sobre la comprensión del concepto, propiedades y relaciones de dichos números, Por ello considero que organizar el trabajo didáctico en las cuatro fases que nos propone Fernández Bravo (COMPRENDER-ELABORAR, ENUNCIAR, CONCRETIZAR-ASENTAR y TRANSFERIR-APLICAR) son la base para lograr el éxito. No olvidemos que la matemática forma parte de la vida diaria de las personas, y que es desde el primer curso de infantil cuando pueden ir comprobando por sus propios medios (su lenguaje, forma de expresarse, sus razonamientos) sus hipótesis y estableciendo sus propias conclusiones válidas sentando así una base sólida matemática sobre la que se irán asentando conceptos abstractos mas complejos.