Grupos de trabajo

Imagen de fondo del tipo de comunidad

El Estatuto de Autonomía de Andalucía aprobado en las Cortes Generales el día 20 de diciembre de 2006, en su Título I, Capítulo II, sobre Derechos y Deberes, determina en su artículo 15 la Igualdad de género y garantiza la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en todos los ámbitos; en su artículo 16, la Protección contra la violencia de género; y, en su artículo 21, que los planes educativos incorporarán los valores de Igualdad entre hombres y mujeres y la diversidad cultural en todos los ámbitos de la vida política y social. Podemos decir que, a través de este grupo de trabajo se desarrollarán actuaciones que pretenden una evolución hacia comportamientos basados en la cooperación y el respeto; implementar aquellas encaminadas a eliminar la violencia de género y, por otra parte, favorecer el desarrollo integral del alumnado desde la perspectiva de la igualdad entre sexos, ya que la educación constituye un espacio privilegiado para formar en la convivencia pacífica y para fomentar la reflexión crítica sobre desigualdades entre hombres y mujeres.

Blog Blog

Atrás

REFLEXIONES LECTURA (ACTA EN QUINTA SESIÓN)

Mis reflexiones sobre la lectura son las siguientes:

 

 

APRENDIZAJES POR PROYECTOS.

 

No hay un único modelo de proyecto ni una definición muy acotada de lo que debe ser un proyecto estudiantil, pero sí podemos decir que es un trabajo educativo más o menos prolongado (de tres a cuatro o más semanas de duración), con fuerte participación de los niños y las niñas en su planteamiento, en su diseño y en su seguimiento, y propiciador de la

indagación infantil en una labor autopropulsada conducente a resultados propios (Freinet, 1975, 1977; ICEM, 1980; LaCueva, 1997b). Un proyecto combina el estudio empírico con la consulta bibliográfica y, como luego explicaremos, puede incluir propuestas y/o acciones de cambio en el ámbito social.

Concebimos a los proyectos como el eje de la enseñanza escolar, aunque entrelazados con otras clases de actividades: las experiencias desencadenantes, los trabajos cortos y fértiles y las fichas autocorrectivas (LaCueva, 1996). Las experiencias desencadenantes son actividades

amplias y bastante informales que tienen como propósito familiarizar a los niños y niñas con múltiples realidades del mundo en que viven. Entre ellas están las visitas, los diálogos con expertos, las conversaciones sobre objetos o seres vivos llevados por los estudiantes al aula, el trabajo con textos libres, las lecturas libres, la observación de videos... Creemos que

estas experiencias pueden ir despertando inquietudes e interrogantes en los pequeños, muchas de las cuales pueden servir de punto de partida a proyectos de investigación.

Por su parte, los trabajos cortos y fértiles son tareas más acotadas en el tiempo y más guiadas desde afuera, aunque siempre deben permitir cierta participación de los aprendices en su delimitación y desarrollo. Las consideramos parte de un «menú de degustación» que la escuela ha de ofrecer a las niñas y niños; breves encuentros con la cultura que pueden

conducir a empresas más complejas como los proyectos investigativos: observaciones, experimentos semiestructurados, demostraciones, análisis de lecturas asignadas, simulaciones y sociodramas...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

SEIS SOMBREROS PARA PENSAR

 

Seis sombreros para pensar (en inglés Six Thinking Hats) es un libro de Edward De Bono nacido en malta el 19 de mayo de 1933, en el que se expone una metodología para discusiones y toma de decisiones en grupo, conocida como método de los seis sombreros para pensar, de los seis sombreros de Bono, o simplemente de los seis sombreros.1 La herramienta, combinada con el pensamiento lateral al que es asociada, provee de unas materias a los grupos para pensar juntos más efectivamente, y materias para planear procesos de pensamiento de un modo detallado y cohesivo.

El método ha encontrado amplios modos de empleo en el sector británico de la innovación.

 

EDUCAR POR COMPETENCIAS

Parece ser que existe hoy en día un cierto consenso, por parte de las Administraciones y sus políticas educativas, en cuanto a la necesidad de implantar modelos curriculares basados en el desarrollo de competencias básicas, en la definición de lo que es una ¿competencia básica¿ y en cuáles han de ser éstas.

En el proyecto DeSeCo (Definition and Selection of Competencies) de la OCDE , encargado de definir y seleccionar las competencias consideradas esenciales para la vida de las personas y el buen funcionamiento de la sociedad, se define el término competencia como ¿Capacidad de responder a demandas complejas y llevar a cabo tareas diversas de forma adecuada. Supone una combinación de habilidades prácticas, conocimientos, motivación, valores éticos, actitudes, emociones y otros componentes sociales y de comportamiento que se movilizan conjuntamente para lograr una acción eficaz¿.

Para definir una competencia como básica, se tienen que dar las siguientes condiciones :

 Que contribuya a obtener resultados de alto valor personal y social.

 Que sean aplicables a un amplio abanico de contextos y ámbitos relevantes.

 Que sean beneficiosas para la totalidad de la población para superar con éxito las exigencias complejas independientemente del sexo, condición social, cultural y entorno familiar. Rasgos que definen una competencia:

 Constituye un "saber hacer". Incluye un saber, pero que se aplica.

 "Saber hacer" susceptible de adecuarse a diversidad de contextos.

 Carácter integrador, de modo que cada competencia abarca conocimientos, procedimientos y actitudes.

 

 

Competencia básica/CLAVE:

 Capacidad de poner en práctica de forma integrada, conocimientos, habilidades, actitudes para resolver problemas y situaciones.

 Básica: debe estar a la alcance de todos los sujetos implicados, es decir, de todo el alumnado de escolaridad obligatoria.

 Características: se trata de capacidades más que de simples contenidos. Tienen un carácter interdisciplinar. Han de permitir comprender y actuar responsablemente en la realidad de la vida cotidiana.

Comentarios
Añadir comentario
Ana Isabel Clares Coronado
Tras la reunión de ayer donde se especificó claramente los libros que sobre los que íbamos a reflexionar:
Los documentos que se ofrecen para comentar son:
-Freixas, A., y otros (1993): La coeducación. un compromiso social Sevilla. Consejería de Asuntos Sociales y Consejería de Educación y Ciencia
-Santos, M. A. (1984): Coeducar en la Escuela. Madrid. Grupo Cultural Zero.
-Material vario: competencias, seis sombreros para pensar¿
Procedemos a elaborarlo y, posteriormente, comentarlo.

Expongo lo siguiente:

APRENDIZAJES POR PROYECTOS.

Los distintos tipos de proyectos facilitan a los aprendices el desarrollo
de diferentes clases de conocimientos y de habilidades, aunque tengan
en común el ser todos actividades investigativas. Así, según circunstancias,
intereses y recursos, el docente puede ayudar a los estudiantes a
perfilar un proyecto más hacia lo científico, lo tecnológico o lo ciudadano.
Por otra parte, las conclusiones de un proyecto de cualquier tipo pueden
llevar a nuevos proyectos, de similar o diferente naturaleza.
Ahora bien, esta tipología es de carácter indicativo y no debe
asumirse estrictamente. Muchos proyectos concretos no serán puros y
compartirán rasgos de dos o más de los tipos aquí presentados, o bien
varios niños y niñas podrán trabajar juntos en un proyecto integrado que
implique para cada uno asumir un cierto y distinto rol (algunos alumnos
serían «científicos» y otros «tecnólogos», por ejemplo, trabajando conjuntamente
para lograr un fin). No obstante, tomada sin rigidez, la clasificación
nos parece útil para evidenciar y precisar posibilidades didácticas, pues
ayuda a pensar con mayor apertura en la diversificada naturaleza de las
investigaciones posibles.

Fases en la realización de un proyecto
Aunque cada tipo de proyecto plantea etapas particulares en su
desarrollo, podemos señalar algunas fases genéricas presentes habitualmente
en un trabajo investigativo, cualquiera que sea su naturaleza. En
síntesis, son las fases de preparación, desarrollo y comunicación.
En la fase de preparación se realizan las primeras conversaciones e
intercambios que plantean un posible tema de proyecto y lo van perfilando.
También pertenecen a ella los momentos ya más precisos de planificación
infantil, cuando se especifican el asunto, el propósito, las posibles
actividades a desarrollar y los recursos necesarios. Les tenemos miedo a
las planificaciones demasiado minuciosas, pues cierran prematuramente
posibilidades y, además, resultan pesadas para los pequeños investigadores
por sus exigencias de exhaustivo registro escrito de lo que se va a
hacer, a menudo siguiendo patrones muy rígidos y estereotipados. Preferimos
planificaciones más sencillas, al alcance de los niños, pero siempre
exigimos reflexión y previsión sobre el proyecto. El educador debe saber
valorar en cada caso hasta dónde pueden llegar sus bisoños investigadores.







SEIS SOMBREROS PARA PENSAR.

A mí me gustaría resaltar un enlace muy interesante sobre este tema: http://ineverycrea.net/comunidad/ineverycrea/recurso/seis-sombreros-para-pensar/90c9982d-f286-44ed-b164-961e08e7b449

Algunos beneficios del método:
El método puede parecer muy simple (incluso infantil) pero funciona, entre sus beneficios:
¿ Es fácil de aprender y utilizar
¿ Ayuda a desarrollar el trabajo cooperativo.
¿ Da tiempo disponible para el esfuerzo creativo deliberado. Tu puedes pedir "tres minutos de pensamiento de sombrero verde"
¿ Permite la expresión legítima de sentimientos e intuiciones ante un tema o en una reunión, sin justificaciones ni disculpas. "Esto es lo que siento".
¿ Proporciona una manera simple y directa de conmutar el pensamiento sin ofender. "Qué tal un poco de pensamiento de sombrero amarillo sobre este punto?"
¿ Requiere que todos los pensadores sean capaces de utilizar cada uno de los sombreros en vez de quedarse cerrados en un sólo tipo de pensamiento.
¿ Separa el ego del rendimiento en el pensar. Libera las mentes para poder examinar un tema más completamente.
¿ Proporciona un método práctico de pensar para utilizar diferentes aspectos del pensamiento en la mejor secuencia posible.
¿ Se escapa de los argumentos en pro y en contra y permite a los participantes colaborar en una exploración constructiva.
¿ Hace las reuniones mucho más productivas.







EDUCAR POR COMPETENCIAS
Parece ser que existe hoy en día un cierto consenso, por parte de las Administraciones y sus políticas educativas, en cuanto a la necesidad de implantar modelos curriculares basados en el desarrollo de competencias básicas, en la definición de lo que es una ¿competencia básica¿ y en cuáles han de ser éstas.
En el proyecto DeSeCo (Definition and Selection of Competencies) de la OCDE , encargado de definir y seleccionar las competencias consideradas esenciales para la vida de las personas y el buen funcionamiento de la sociedad, se define el término competencia como ¿Capacidad de responder a demandas complejas y llevar a cabo tareas diversas de forma adecuada. Supone una combinación de habilidades prácticas, conocimientos, motivación, valores éticos, actitudes, emociones y otros componentes sociales y de comportamiento que se movilizan conjuntamente para lograr una acción eficaz¿.
Para definir una competencia como básica, se tienen que dar las siguientes condiciones :
Que contribuya a obtener resultados de alto valor personal y social.
Que sean aplicables a un amplio abanico de contextos y ámbitos relevantes.
Que sean beneficiosas para la totalidad de la población para superar con éxito las exigencias complejas independientemente del sexo, condición social, cultural y entorno familiar. Rasgos que definen una competencia:
Constituye un "saber hacer". Incluye un saber, pero que se aplica.
"Saber hacer" susceptible de adecuarse a diversidad de contextos.
Carácter integrador, de modo que cada competencia abarca conocimientos, procedimientos y actitudes.
Competencia básica:
Capacidad de poner en práctica de forma integrada, conocimientos, habilidades, actitudes para resolver problemas y situaciones.
Básica: debe estar a la alcance de todos los sujetos implicados, es decir, de todo el alumnado de escolaridad obligatoria.
Características: se trata de capacidades más que de simples contenidos. Tienen un carácter interdisciplinar. Han de permitir comprender y actuar responsablemente en la realidad de la vida cotidiana.
Sin embargo, el concepto de competencias en educación es algo con unos límites muy borrosos que pueden ser utilizados para muchos fines, cualitativamente muy diferentes. Lógicamente, la traducción a la práctica será diferente. Así, desde un modelo escolar más tradicional, academicista y conservador, se enfocarían hacia competencias-destrezas. Desde un modelo de aprendizaje crítico habría que hablar de competencias personales y acción colectiva (aunque incluya las habilidades técnico-prácticas como herramienta).
No es igual, por tanto, hablar de competencias generales que de competencias a nivel más concreto y/o inmediato. Lo primero se acerca más a la idea de capacidad demostrada (aunque sea una mezcla de ellas), puede usarse para una formación más integral y supone menor problema de orientación hacia los intereses de las grandes corporaciones económicas (para diferenciar capacidad de competencia, podríamos pensar que la primera es un desarrollo más de dentro hacia afuera y la segunda de fuera hacia adentro). Por ejemplo, la competencia comunicativa que puede desarrollarse en todos los campos de la vida y bajo el prisma de cualquier interés, es algo que le interesa tener a la persona independientemente de los intereses que la promuevan. En cambio, si hablamos de competencias definidas de forma más concreta, estaremos refiriéndonos a intereses más definidos en los que que ya no está tan claro que puedan aplicarse a cualquier campo y ámbito de vida (al menos con la orientación dada). Tal sería el caso del ¿espíritu emprendedor¿, que aparece en la competencias europeas, que suele ligarse a la iniciativa económica capitalista (si alguien lo quiere aplicar de otra forma ahora, deberá redefinirlo).
Los distintos tipos de proyectos facilitan a los aprendices el desarrollo
de diferentes clases de conocimientos y de habilidades, aunque tengan
en común el ser todos actividades investigativas. Así, según circunstancias,
intereses y recursos, el docente puede ayudar a los estudiantes a
perfilar un proyecto más hacia lo científico, lo tecnológico o lo ciudadano.
Por otra parte, las conclusiones de un proyecto de cualquier tipo pueden
llevar a nuevos proyectos, de similar o diferente naturaleza.
Ahora bien, esta tipología es de carácter indicativo y no debe
asumirse estrictamente. Muchos proyectos concretos no serán puros y
compartirán rasgos de dos o más de los tipos aquí presentados, o bien
varios niños y niñas podrán trabajar juntos en un proyecto integrado que
implique para cada uno asumir un cierto y distinto rol (algunos alumnos
serían «científicos» y otros «tecnólogos», por ejemplo, trabajando conjuntamente
para lograr un fin). No obstante, tomada sin rigidez, la clasificación
nos parece útil para evidenciar y precisar posibilidades didácticas, pues
ayuda a pensar con mayor apertura en la diversificada naturaleza de las
investigaciones posibles.

Fases en la realización de un proyecto
Aunque cada tipo de proyecto plantea etapas particulares en su
desarrollo, podemos señalar algunas fases genéricas presentes habitualmente
en un trabajo investigativo, cualquiera que sea su naturaleza. En
síntesis, son las fases de preparación, desarrollo y comunicación.
En la fase de preparación se realizan las primeras conversaciones e
intercambios que plantean un posible tema de proyecto y lo van perfilando.
También pertenecen a ella los momentos ya más precisos de planificación
infantil, cuando se especifican el asunto, el propósito, las posibles
actividades a desarrollar y los recursos necesarios. Les tenemos miedo a
las planificaciones demasiado minuciosas, pues cierran prematuramente
posibilidades y, además, resultan pesadas para los pequeños investigadores
por sus exigencias de exhaustivo registro escrito de lo que se va a
hacer, a menudo siguiendo patrones muy rígidos y estereotipados. Preferimos
planificaciones más sencillas, al alcance de los niños, pero siempre
exigimos reflexión y previsión sobre el proyecto. El educador debe saber
valorar en cada caso hasta dónde pueden llegar sus bisoños investigadores.




SEIS SOMBREROS PARA PENSAR.




A mí me gustaría resaltar un enlace muy interesante sobre este tema: http://ineverycrea.net/comunidad/ineverycrea/recurso/seis-sombreros-para-pensar/90c9982d-f286-44ed-b164-961e08e7b449

Algunos beneficios del método:
El método puede parecer muy simple (incluso infantil) pero funciona, entre sus beneficios:
¿ Es fácil de aprender y utilizar
¿ Ayuda a desarrollar el trabajo cooperativo.
¿ Da tiempo disponible para el esfuerzo creativo deliberado. Tu puedes pedir "tres minutos de pensamiento de sombrero verde"
¿ Permite la expresión legítima de sentimientos e intuiciones ante un tema o en una reunión, sin justificaciones ni disculpas. "Esto es lo que siento".
¿ Proporciona una manera simple y directa de conmutar el pensamiento sin ofender. "Qué tal un poco de pensamiento de sombrero amarillo sobre este punto?"
¿ Requiere que todos los pensadores sean capaces de utilizar cada uno de los sombreros en vez de quedarse cerrados en un sólo tipo de pensamiento.
¿ Separa el ego del rendimiento en el pensar. Libera las mentes para poder examinar un tema más completamente.
¿ Proporciona un método práctico de pensar para utilizar diferentes aspectos del pensamiento en la mejor secuencia posible.
¿ Se escapa de los argumentos en pro y en contra y permite a los participantes colaborar en una exploración constructiva.
¿ Hace las reuniones mucho más productivas.
EDUCAR POR COMPETENCIAS
Parece ser que existe hoy en día un cierto consenso, por parte de las Administraciones y sus políticas educativas, en cuanto a la necesidad de implantar modelos curriculares basados en el desarrollo de competencias básicas, en la definición de lo que es una ¿competencia básica¿ y en cuáles han de ser éstas.
En el proyecto DeSeCo (Definition and Selection of Competencies) de la OCDE , encargado de definir y seleccionar las competencias consideradas esenciales para la vida de las personas y el buen funcionamiento de la sociedad, se define el término competencia como ¿Capacidad de responder a demandas complejas y llevar a cabo tareas diversas de forma adecuada. Supone una combinación de habilidades prácticas, conocimientos, motivación, valores éticos, actitudes, emociones y otros componentes sociales y de comportamiento que se movilizan conjuntamente para lograr una acción eficaz¿.
Para definir una competencia como básica, se tienen que dar las siguientes condiciones :
Que contribuya a obtener resultados de alto valor personal y social.
Que sean aplicables a un amplio abanico de contextos y ámbitos relevantes.
Que sean beneficiosas para la totalidad de la población para superar con éxito las exigencias complejas independientemente del sexo, condición social, cultural y entorno familiar. Rasgos que definen una competencia:
Constituye un "saber hacer". Incluye un saber, pero que se aplica.
"Saber hacer" susceptible de adecuarse a diversidad de contextos.
Carácter integrador, de modo que cada competencia abarca conocimientos, procedimientos y actitudes.
Competencia básica:
Capacidad de poner en práctica de forma integrada, conocimientos, habilidades, actitudes para resolver problemas y situaciones.
Básica: debe estar a la alcance de todos los sujetos implicados, es decir, de todo el alumnado de escolaridad obligatoria.
Características: se trata de capacidades más que de simples contenidos. Tienen un carácter interdisciplinar. Han de permitir comprender y actuar responsablemente en la realidad de la vida cotidiana.
Sin embargo, el concepto de competencias en educación es algo con unos límites muy borrosos que pueden ser utilizados para muchos fines, cualitativamente muy diferentes. Lógicamente, la traducción a la práctica será diferente. Así, desde un modelo escolar más tradicional, academicista y conservador, se enfocarían hacia competencias-destrezas. Desde un modelo de aprendizaje crítico habría que hablar de competencias personales y acción colectiva (aunque incluya las habilidades técnico-prácticas como herramienta).
No es igual, por tanto, hablar de competencias generales que de competencias a nivel más concreto y/o inmediato. Lo primero se acerca más a la idea de capacidad demostrada (aunque sea una mezcla de ellas), puede usarse para una formación más integral y supone menor problema de orientación hacia los intereses de las grandes corporaciones económicas (para diferenciar capacidad de competencia, podríamos pensar que la primera es un desarrollo más de dentro hacia afuera y la segunda de fuera hacia adentro). Por ejemplo, la competencia comunicativa que puede desarrollarse en todos los campos de la vida y bajo el prisma de cualquier interés, es algo que le interesa tener a la persona independientemente de los intereses que la promuevan. En cambio, si hablamos de competencias definidas de forma más concreta, estaremos refiriéndonos a intereses más definidos en los que que ya no está tan claro que puedan aplicarse a cualquier campo y ámbito de vida (al menos con la orientación dada). Tal sería el caso del ¿espíritu emprendedor¿, que aparece en la competencias europeas, que suele ligarse a la iniciativa económica capitalista (si alguien lo quiere aplicar de otra forma ahora, deberá redefinirlo).
Publicado el día 2/03/17 17:15.
José Mario Horcas Villarreal
Tras la reunión mantenida ayer, 1 de marzo.

Las reflexiones sobre las lecturas son estas:

EDUCAR POR COMPETENCIAS.


La educación basada en competencias
Todos los rubros para alcanzar las metas educativas son importantes por igual, además de que unos y otros se vinculan para conseguir un fin, o el logro que establecen las competencias. No obstante, en este espacio nos referiremos específicamente a las competencias porque este término puede aún prestarse a confusión, al haber sido acuñado por la educación hace relativamente poco.
Definición
La educación basada en competencias es una nueva orientación educativa que pretende dar respuestas a la sociedad de la información.
El concepto de competencia, tal y como se entiende en la educación, resulta de las nuevas teorías de cognición y básicamente significa saberes de ejecución. Puesto que todo proceso de ¿conocer¿ se traduce en un ¿saber¿, entonces es posible decir que son recíprocos competencia y saber: saber pensar,saber desempeñar, saber interpretar, saber actuar en diferentes escenarios, desde sí y para los demás (dentro de un contexto determinado).
Chomsky (1985), a partir de las teorías del lenguaje, instaura el concepto y define competencias como la capacidad y disposición para el desempeño y para la interpretación.
La educación basada en competencias (Holland, 1966-97) se centra en las necesidades,




estilos de aprendizaje y potencialidades individuales para que el alumno llegue a manejar con maestría las destrezas señaladas por la industria. Formula actividades cognoscitivas dentro de ciertos marcos que respondan a determinados indicadores establecidos y asienta que deben quedar abiertas al futuro y a lo inesperado.
De esta manera es posible decir, que una competencia en la educación, es una convergencia de los comportamientos sociales, afectivos y las habilidades cognoscitivas, psicológicas, sensoriales y motoras que permiten llevar a cabo adecuadamente un papel, un desempeño, una actividad o una tarea.
Gardner (1998), por ejemplo, en su Teoría de las Inteligencias Múltiples distingue de la siguiente manera las competencias que deben desarrollar los alumnos en el área del arte:
Producción. Hacer una composición o interpretación musical, realizar una pintura o dibujo, escribir imaginativamente o creativamente.
Percepción. Efectuar distinciones o discriminaciones desde el pensamiento artístico.
Reflexión. Alejarse de la propia producción e intentar comprender los objetivos, motivos, dificultades y efectos conseguidos.
Como se puede apreciar, Gardner señala que quien se educa para producir artísticamente ha de construir percepciones que van más allá de las habilidades de saber mirar, observar, captar y que, por lo tanto, las otras habilidades conjuntas a la competencia ¿construir percepciones¿ son: saber distinguir y discriminar desde el pensamiento artístico y desde un marco conceptual que fundamente la relación entre las habilidades, los procesamientos cognitivos y los valores. Así, las competencias se acercan a la idea de aprendizaje total, en la que se lleva a cabo un triple reconocimiento:
a) Reconocer el valor de lo que se construye.
b) Reconocer los procesos a través de los cuales se ha realizado tal construcción
(metacognición).
c) Reconocerse como la persona que ha construido.











APRENDIZAJES POR PROYECTOS.



Conviene estar atentos a actividades que a veces se llaman «proyectos
» o «investigaciones», sin que lo sean de verdad. Entre esos falsos
proyectos podemos mencionar:
¿ las tareas para la casa, que consisten en buscar información sobre
un tema señalado por el docente, copiando de los libros sin mayor
procesamiento ni análisis;
¿ las experiencias de laboratorio, en las que los niños siguen
instrucciones paso a paso, sin más;
¿ las encuestas elaboradas por el docente o el texto, que los
estudiantes se limitan a pasar y procesar bajo instrucciones
externas;
¿ las observaciones hechas por mandato, rellenando guías entregadas
al efecto;
¿ las indagaciones realizadas a partir de problemas que se plantea el
docente, un equipo de docentes o el programa oficial, y para las

cuales se correlacionan contenidos programáticos de manera más
o menos forzada.
En fin, no son proyectos todas aquellas actividades en las que el
problema y la metodología ya vienen dados y donde las niñas y niños se
limitan a actuar, en todo caso, como «ayudantes de investigación». A
veces algunas de estas labores pueden resultar valiosas, pero no las
clasificamos como proyectos sino, si califican, como trabajos cortos. Para
ser proyectos les falta la fuerza de la iniciativa y de la autogestión infantil.
4. Tres posibles tipos de proyectos
Desde el punto de vista de nuestra especialidad, la enseñanza de las
ciencias naturales, estimamos útil destacar tres posibles tipos de proyectos:
los científicos, los tecnológicos y los de investigación ciudadana o
proyectos ciudadanos (LaCueva, 1996). Esta clasificación, con variaciones,
también puede emplearse para los proyectos que surjan en otras
áreas, especialmente en la de ciencias sociales.
En los proyectos científicos los niños realizan investigaciones similares,
hasta donde lo permiten sus condiciones, a las de los científicos
adultos: indagaciones descriptivas o explicativas sobre fenómenos naturales
(Harlen, 1989; Giordan, 1985). Serían ejemplos de proyectos científicos:
hacer una colección de minerales de la región, predecir y comprobar
las reacciones de las lombrices de tierra ante ciertos estímulos, estudiar
la luz experimentando con espejos, prismas, lupas, diversos recipientes
llenos de líquidos, linternas, velas...
En los proyectos tecnológicos los niños desarrollan o evalúan un
proceso o un producto de utilidad práctica, imitando así la labor de los
tecnólogos. Tales serían los casos, por ejemplo, de construir aeroplanos
con papel y cartulina, de inventar recetas de ensaladas y canapés, o de
evaluar la calidad de varias marcas de lápices (Acevedo Díaz, 1996; Aitken
y Mills, 1994; Waddington, 1987).
Finalmente, en los proyectos ciudadanos los estudiantes actúan
como ciudadanos inquietos y críticos, que solidariamente consideran los
problemas que los afectan, se informan, proponen soluciones y, de ser
posible, las ponen en práctica o las difunden, así sea a pequeña escala.
Como ejemplos de este tipo de proyectos podemos mencionar el estudio
de hábitos nutricionales de compañeros del plantel, la investigación sobre
posibilidades recreativas para niños en la comunidad, o la detección de
fuentes de contaminación en la periferia de la escuela.




SEIS SOMBREROS PARA PENSAR

La teoría de las inteligencias múltiples es un modelo propuesto en un libro de 1983 por Howard Gardner, psicólogo e investigador además de profesor de la universidad de Harvard (donde allí mismo estudió), en el que la inteligencia no es vista como algo unitario que agrupa diferentes capacidades específicas con distinto nivel de generalidad, sino como un conjunto de inteligencias múltiples, distintas y semi-independientes. Gardner define la inteligencia como la «capacidad mental de resolver problemas y/o elaborar productos que sean valiosos en una o más culturas».
Primero, amplía el campo de lo que es la inteligencia y plantea que la brillantez académica no lo es todo. A la hora de desenvolverse en la vida no basta con tener un gran expediente académico. Hay gente de gran capacidad intelectual pero incapaz de, por ejemplo, elegir bien a sus amigos; por el contrario, hay gente menos brillante en el colegio que triunfa en el mundo de los negocios o en su vida privada. Triunfar en los negocios, o en los deportes, requiere ser inteligente, pero en cada campo se utiliza un tipo de inteligencia distinto. Ni mejor ni peor, pero sí distinto. Dicho de otro modo: Einstein no es más ni menos inteligente que Michael Jordan, simplemente sus inteligencias pertenecen a campos diferentes.
Segundo, y no menos importante, Gardner define la inteligencia como una habilidad. Hasta hace muy poco tiempo la inteligencia se consideraba algo solamente innato. Se nacía inteligente o no, y la educación no podía cambiar ese hecho (en el sentido de aprovechar más o menos la parte innata). Tanto es así, que, en épocas muy próximas, a los deficientes psíquicos no se les educaba, porque se consideraba que era un esfuerzo inútil, cuando en realidad existe tanto la parte innata (genética) como la parte adquirida (mayor o menor provecho de la parte innata a lo largo de la vida).
Finalmente Howard Gardner descubrió que la inteligencia no es algo innato y fijo que domina todas las destrezas y habilidades de resolución de problemas que posee el ser humano, sino que aparte de que en realidad la inteligencia es tanto innata como adquirida también es cierto que cada persona está más o menos adaptada a unas inteligencias que a otras e incluso a unos subconjuntos que a otros dentro de una misma inteligencia, lo que significa que no existen las inteligencias superiores e inferiores sino las diferencias entre estas. Según Gardner, todos los seres humanos son capaces de conocer el mundo de por lo menos nueve modos diferentes, sin descartar que puedan haber más, aunque la novena inteligencia aún está por terminar de analizar. Según el análisis de las nueve inteligencias todos somos capaces de conocer el mundo a través del lenguaje, del análisis lógico-matemático, de la representación espacial, del pensamiento musical, del uso del cuerpo para resolver problemas o hacer cosas, de una comprensión de los demás individuos, de una comprensión de nosotros mismos, de un análisis de los elementos del entorno natural y situarse a sí mismo con respecto al cosmos y autosugestionarse (siendo esta la no tan aclarada novena inteligencia existencial, espiritual y filosófica). Donde los individuos se diferencian es en la intensidad de estas inteligencias y en las formas en que recurre a esas mismas y se les combina para llevar a cabo diferentes labores, para solucionar diversos problemas y progresar en distintos ámbitos. Cada inteligencia está compuesta por subconjuntos
Publicado el día 2/03/17 17:18.

Miembros Miembros

Foto de José Aurelio Espinosa Nieto

José Aurelio Espinosa Nieto

Foto de Presentación Hernández Muñoz

Presentación Hernández Muñoz

Foto de Ana Isabel Clares Coronado

Ana Isabel Clares Coronado

Foto de Francisco Góngora Pérez

Francisco Góngora Pérez

Foto de José Mario Horcas Villarreal

José Mario Horcas Villarreal