Que los textos griegos y latinos no pierden su vigencia y que siempre hay uno o varios adecuados a cualquier momento y circunstancia es algo que el profesorado de Lenguas Clásicas sabemos, además de ser un recurso muy socorrido para la conmemoración de casi todas las efemérides.
En esta ocasión, con motivo del Día Internacional de la Mujer hemos leído y comentado en GR I el conocido pasaje de Medea de Eurípides en el que la protagonista expone las penas que afligen a las mujeres de su tiempo:
De todas las criaturas que tienen mente y alma 230
no hay especie más mísera que la de las mujeres.
Primero han de acopiar dinero con que compren
un marido que en amo se torne de sus cuerpos,
lo cual es ya la cosa más dolorosa que hay.
Y en ello es capital el hecho de que sea 235
buena o mala la compra, porque honroso el divorcio
no es para las mujeres ni el rehuir al cónyuge.
Llega una, pues, a nuevas leyes y usos y debe
trocarse en adivina, pues nada de soltera
aprendió sobre cómo con su esposo portarse. 240
Si, tras tantos esfuerzos, se aviene el hombre y no
protesta contra el yugo, vida envidiable es ésta;
pero, si tal no ocurre, morirse vale más.
El varón, si se aburre de estar con la familia,
en la calle al hastío de su humor pone fin; 245
nosotras nadie más a quien mirar tenemos. 247
Y dicen que vivimos en casa una existencia
segura mientras ellos con la lanza combaten,
mas sin razón: tres veces formar con el escudo 250
preferiría yo antes que parir una sola.
Como podemos ver, pese al paso de los siglos, hay situaciones que parecen enquistadas y actitudes que se perpetúan en el tiempo.
La actividad ha consistido en describir con propias palabras el punto de vista de Medea, explicar las diferencias expuestas en el texto entre hombres y mujeres y analizar cómo se perpetúan en el tiempo.
Mis alumnas procedentes del ámbito rural han reconocido más similitudes, como los comentarios que todavía se hacen en los pueblos cuando una mujer se separa, la tendencia de los hombres a buscar calma fuera de casa ( aunque sea ir al bar del pueblo a jugar a las cartas y tomar unos vinos). Todas ven la alusión a la violencia doméstica.
Al final la conclusión es esperanzadora, pues ya muchas mujeres no se quedan en el ámbito del hogar sometidas a sus esposos, sino que acceden al mundo laboral y se comparte más (dicho así por ellas), pero ese es tema para otro debate...