Hay varias cosas interesantes en las que que es preciso detenerse y sobre las que conviene reflexionar antes de ponerse a elabora un vídeo didáctico.

El tema del tiempo es esencial, y estoy de acuerdo en que ir al grano y evitar los elementos superfluos (de poco vale un vídeo explicativo cuando la alternativa escrita es más rápida y eficaz). Sin embargo, es preciso tener en cuenta qué es lo que queremos transmitir ya que, en gran medida, condicionará el tiempo que hemos de dedicarle y el estilo que debemos emplear.

A mí la verdad es que las clasificaciones que suelo encontrar sobre los tipos de vídeo didácticos y los metrajes correspondientes no me convencen mucho, ya que por esquemáticas y cerradas, no siempre son de utilidad. Una de mis ideas era la de localizar una buena infografía al respecto. En todo caso, si distinguiría entre las características de un vídeo destinado a aclarar un concepto o un procedimiento básico y otro cuya intención es desarrollar una presentación sobre un tema o una unidad, ya sea en mayor o menor detalle.

En el primer caso, sí entiendo que sobrepasar los cinco o seis minutos es un contraproducente y que es preciso economizar todo lo que se dice, también que, por regla general, conviene que predominen los elementos gráficos sobre la imagen de un presentador que puede o no aparecer. En el segundo, sin embargo, sería posible tener que emplear quince o más minutos y, por una cuestión de tiempo y edición, creo que es preferible basar la imagen en la presencia propia, limitando los elementos gráficos a una serie de rótulos que estructuren la charla y alguna que otra posible imagen. Todo eso en el contexto de esquemas de trabajo preferibles, ya que a veces los mejores resultados se producen cuando se rompen los esquemas.

En ambos casos, sí veo necesario un trabajo previo de planificación, de modo que toda la presentación responda a un esquema muy claro: en el primer caso con un texto estudiado y escrito previamente, en el segundo con un guión claro aunque hablando con naturalidad y cierta improvisación.

Otro tema fundamental es el de la edición, aunque eso me gustaría verlo aparte, tratando el asunto de las aplicaciones preferibles y los esquemas de trabajo más convenientes.