Exploramos nuestros sentimientos.
Después de nuestro comienzo evaluativo con el libro ¿El monstruo de colores¿, que ha sido una magnifica actividad introductoria para nuestro camino en el aprendizaje de la Inteligencia Emocional, continuamos nuestra labor en nuestra investigación sobre la temática.
Llegamos a la conclusión de que necesitamos seguir trabajando en profundidad dicha temática en nuestras aulas, que nos ayudará a que nuestros alumnos aprendan a expresar sus sentimientos y a comprender los sentimientos de los demás.
Por ello, hemos decido que incluiremos un tiempo semanal en clase a hablar con nuestros alumnos de situaciones hipotéticas que les planteemos (que les permitirá comprender los sentimientos de terceros) así como hablar de sus propios sentimientos.
Para ello, en unas de nuestras sesiones de nuestro grupo de trabajo, donde hemos planteado estas directrices de trabajo, decidimos realizar materiales para llevar estas actividades dentro del aula, facilitándonos el desarrollo de estas.
Hemos realizado un emociometro, donde los eventos o situaciones que afectan al grupo clase, serán comentados y entre todos decidiremos como nos hace sentir. Un día especial de celebración de actividades como el carnaval, cancelación de una excursión por el tiempo, un compañero falta varios días porque está enfermo, etc. Dicho emociomentro estará colgado en clase.
También hemos realizado las paletas de las emociones, donde comenzaremos explicando situaciones hipotéticas y ellos deben de escoger la paleta de la emoción que piensan que debe de sentir la persona afectada. Al comienzo, serán situaciones hipotéticas, y pasaremos a contar situaciones reales de nuestra vida e intentar dar una solución, como, por ejemplo, no me dejan participar a un juego en el patio algunos compañeros. Haremos hincapié como se puede sentir esa persona, y la necesidad de pensar cómo pueden afectar nuestras acciones a los demás. Creemos importante enseñarles a los alumnos a usar herramientas para resolver situaciones, ya que en nuestra vigilancia de recreos observamos una gran carencia en dicho aspecto, no saben solucionar situaciones problemáticas sencillas y recurren constantemente a la ayuda de un adulto.