Con esta ponencia he valorado y reflexionado sobre una educación en la escuela que haga posible el respeto, la convivencia, la participación,... de todos los niños y niñas independientemente de su condición de discapacidad social, económica o cultural.

Es cierto que a veces, por perezao comodidad los docentes nos dejamos llevar por lo más fácil y vamos adquiriendo hábitos que nos llevan a la rutina y monotonía de nuestro trabajo, repercutiendo en nuestros alumn@s.

Debemos hacer posible que el alumnado sea participativo, aprenda a pensar, a convivir, a conversar y sobre todo potenciar la investigación de temas o circunstancias que a ellos les llamen la atención,partiendo de hechos de su vida real.

El catedrático López Melero hace hincapié en que el trabajo cooperativo del equipo docente es muy importante y enriquecedor para el intercambio de ideas en la didáctica y organización pedagógica, pero sino somos capaces de conseguirlo, difícilmente pondremos en práctica el aprendizaje cooperativo en nuestras aulas. Debemos actuar con el ejemplo.

Yo pienso que la importancia de la enseñanza y el cambio cultural que queremos hacer, no reside tanto en los contenidos que nos imponen los sistemas educativos sino en tener habilidades para poder formar a buenas personas, ser capaces de transmitir valores, saber sacar lo mejor de cada alumno/a y formar a personas equilibradas y maduras que sean capaces de comprender los problemas que en un futuro la sociedad les demandará (educar para la vida).

A todo esto hay que añadir que sin el vínculo escuela-familia e smuy difícil alcanzar el proceso educativo deseado en el alumnado, por ello es necesario que familia y escuela trabajen conjunta y cooperativamente.

"La mayoría de las veces no necesitamos un nuevo camino, necesitamos una nueva forma de caminar".