Tal como marcaban las directrices de trabajo establecidas a principio de curso, el proyecto ha contado con una primera fase en que los profesores de composición se han encargado de instruir a sus alumnos sobre la escritura para los instrumentos de cuerda, y de la viola en particular, y de poner en marcha los proyectos compositivos del alumnado. Se ha dado libertad a los alumnos para constituir los ensembles a su gusto, siempre con la supervisión de los profesores. También se les ha dado bastante libertad a la hora de elegir el lenguaje o los recursos compositivos a utilizar en sus composiciones. Esta fase no requiere de excesiva participación de las profesoras de viola, a excepción de las ocasiones en que se han reunido los miembros del grupo para tomar decisiones o para discutir algún proyecto. Sin embargo, se ha aprovechado esta fase de menor implicación para revisar algunas obras que quedaron en el tintero el año pasado.
En cuanto a los planes para fase final, se ha decidido que las profesoras de viola deberán haber recibido los borradores de las obras a principios de abril y que a partir de esa fecha disponen de dos semanas para estudiarlas, detectar posibles problemas técnicos y solucionarlos con los autores y sus profesores. En ese momento tendrán que reunirse las profesoras de viola para evaluar la dificultad de las obras y seleccionar a los alumnos que las interpretarán basándose en las necesidades y/o limitaciones de cada uno. Posteriormente trabajarán las obras con sus alumnos. La fecha del recital está aún por decidirse pero seguramente sea en algún momento de la primera quincena de junio.
El trabajo se está desarrollando sin incidencias y con interés por parte de todos los miembros, si bien es cierto que este proyecto tiene en esta etapa intermedia medidores poco palpables, puesto que es en su fase final en la que nuestro trabajo dará su fruto visible.