Como tutora de un grupo de alumnos de 3 años, resulta complicado, debido a la edad de los mismos, que sean capaces de empatizar y comprender a los demás y sus actuaciones. Están en una etapa donde el egocentrismo es una característica principal de su personalidad y lo defienden por encima de todo.
Los intereses comunes hacen que, a veces, se produzcan pequeños conflictos por posesión de una misma cosa y el intento de no perderla o recuperarla hace que recurran a la agresión física para conseguirlo.
Ante este tipo de situaciones y resultando imposible el papel de alumno mediador intentamos que se expresen entre ellos y sean capaces de expresar lo que les gusta o no, lo que les molesta o les agrada. Este camino requiere ayuda, paciencia y apoyo para que, poco a poco, su convivencia en el grupo mejore y el clima del aula mejore.
Si bien, el número de alumnos es reducido, hay algunos con un carácter bastante fuerte a los que les cuesta aceptar que no siempre llevan razón o pueden salirse con la suya.
Mi objetivo es conseguir estrategias adaptadas a la edad de mis alumnos que favorezcan el normal desarrollo del aula, que faciliten la resolución de conflictos cuando se produzca y que ayuden a la aceptación de los diferentes puntos de vista de la diversidad.