Para el  Aula de Apoyo a la Integración (AAI) y el trabajo que se desarrolla en el, la educación emocional y social es una herramienta fundamental y muy presente, por lo menos se intenta en el quehacer diario. Especialmente favoreciendo la autoestima, el conocimiento y regulación de sus emociones, las habilidades sociales y la motivación personal,... todo ello me ayuda a trabajar y motivar al alumno/a hacia la parte más curricular.

Por ello, sigo formándome en esta competencia. 

Destacar, que durante este curso escolar, he desarrollado un programa específico para un alumno en relación a esta temática pero que se está desarrollando dentro de su aula. Para ello, he utilizado un programa de competencia social de Manuel Segura y diversos materiales en relación a la materia tratada. 

Os adjunto algunos materiales trabajados y elaborados.

En las clases que imparto de Educación Física juega un papel muy importante el control emocional por lo que tener conocimiento de las emociones me facilita enormementa mi labor diaria

He descubierto que el mundo de las emociones juega un papel importante en nuestra actividad docente y que un buen uso de ellas posibilita mejorar la convivencia en el aula y, en consecuencia, los rendimientos académicos del alumnado

Este curso me está sirviendo de mucho para conocer y tratar las emociones de mi alumnado... y las mías propias. Ya en su momento me resultó interesante recuperar la tradicional "asamblea" típica de Educación Infantil, y durante todo el curso he invertido aproximadamente 40 minutos del primer lunes de la semana para escuchar lo que habían hecho mis alumnos durante el fin de semana. Esto me ayuda a saber qué puedo esperar de ellos y con qué sentimientos acuden al colegio. A veces algunos de ellos me comentan que sienten ira, enfado, tristeza... en definitiva, frustración ante la no consecución de ciertas metas importantes para ellos.

Desde el diálogo y siempre evitando la violencia, hemos tratado de canalizar esos sentimientos que se traducían en gestos como el ceño fruncido, cruce de brazos, cara seria, etc. En la mayoría de los casos se llega a solucionar la cuestión de forma inmediata; en otros casos, aplicamos la "técnica de los cinco minutos" que consiste en dejar que el alumno "desfogue", libere esa tensión para después calmarlo e incorporarlo a la ruta del aprendizaje.

Creo que se nos ofrece una oportunidad para seguir aprendiendo y poder ofrecer lo mejor a nuestro alumnado, un lugar de respeto, diálogo y cooperación. Un saludo, Isabel.

 

 

Espero que este curso nos pueda enseñar el camino hacia la enseñanza positiva e integradora, que nos muestre técnicas interesantes y prácticas para aplicar en clase y seamos capaces de superar los problemas diarios con los que nos topamos los profesionales de esta comunidad.Un saludo.

Tengo curiosidad por saber qué estrategias, materiales, recursos, técnicas... se pueden emplear en nuestro entorno escolar para mejorar la convivenca.