Reflexión final sobre el trabajo cooperativo:

Mi aportación al trabajo que se ha llevado a cabo en la Formación de Centro viene estrechamente vinculada a la práctica del trabajo cooperativo en mi tutoría pues no basta sólo con conocer la metodología y la teoría sino que es indispensable la puesta en marcha de todo lo aprendido para poder cuestionarlo, valorarlo y mejorarlo. Cada clase es una realidad compleja y distinta por lo que es condición imprescindible evaluar nuestro trabajo como docentes.

Al comienzo del proyecto me propuse una serie de objetivos principales de los cuales voy a analizar el grado de consecución, los logros aportados y las dificultades encontradas en la puesta en práctica:

- Mejorar el clima de aula.
El aula de segundo de la que soy tutora está formada por 26 niños y niñas que aún seguían arrastrando el sentimiento de pertenencia a dos cursos diferentes (ya que en infantil estaban separados) por lo que surgían rivalidades, piques e irrupciones a causa de la falta de integración. Gracias al trabajo cooperativo, la formación de grupos heterogéneos y las actividades previas para desarrollar el sentimiento de pertenencia a un mismo grupo, al finalizar el curso, puedo decir que este problema ha desaparecido completamente. Otro de los aspectos a mejorar en cuanto al clima de aula eran las constantes interrupciones que diariamente se producían en clase además del elevado volumen con el que normalmente se expresan. En cierta medida el trabajo cooperativo y la señal de ruido cero les ayudó pero no ha resultado 100 por cien efectivo ya que, debido a la emoción, a que algunos niños no han sabido comprender los roles y que no han captado las diferencias de trabajar en grupo o de forma cooperativa , no se ha podido corregir por lo que es un aspecto en el que seguir trabajando.

- Proporcionar al alumnado estrategias de aprendizaje y promover la autonomía del alumnado. Desde mi punto de vista y basándome en los buenos resultados obtenidos en la práctica, gracias a la aplicación de diferentes técnicas sobre trabajo cooperativo tales como lápices al centro, uno para todos, folio giratorio... se le han otorgado al alumnado nuevas estrategias de aprendizaje. En algunos casos se ha visto un cierto desarrollo de su autonomía pero ha sido en menor medida puede que debido a su edad o a que aún deben familiarizarse más con las distintas técnicas. Ha sido muy importante el hecho de que TODO se ha trabajado en clase por lo que no han tenido ayuda de sus padres y madres lo que realmente les entorpece en vez de beneficiarles.

- Atender a los diferentes ritmos de aprendizaje. El aprendizaje cooperativo favorece la integración de los diferentes niveles de aprendizaje que normalmente tenemos en el aula ya que encontrar una clase homogénea es prácticamente imposible. Es cierto que se respetan los distintos ritmos que hay en clase pero una de las dificultades encontradas es que algunos alumnos más aventajados se sentías a veces frenados por los miembros del grupo que iban más lentos. Esta dificultad, como he mencionado antes se corregirá con la mejora de la empatía y la conciencia de grupo que ayudará a estos alumnos y alumnas tan individualistas.

Como ejemplo de actuaciones concretadas llevadas a cabo en el aula cabe destacar la aplicación de diversas dinámicas para el trabajo de tareas y ejercicios de forma cooperativa. El alumnado ha producido sus propios materiales de aprendizaje a través de la investigación y la reflexión cooperativa y las numerosas exposiciones orales han servido para intercambiar impresiones y puntos de vista entre los distintos grupos.

En resumen, podemos afirmar que el trabajo cooperativo es muy eficiente para el desarrollo integral del alumnado. Aún así, uno de los puntos negativos es que el actual sistema de enseñanza y sus sesiones rígidas limita mucho la práctica docente. Como ejemplo puedo decir que en mi tutoría no he tenido problema al disponer de cierta flexibilidad horaria, sin embargo, con el otro grupo de primer ciclo al que doy 4 sesiones semanales de 45 minutos que normalmente se ven reducidos a 40, me ha sido muy difícil aplicar esta metodología. Otro punto a mejorar es el cambio en este concepto de trabajo y la necesaria y progresiva adaptación al mismo tanto en el alumnado, como en las familias que aún son reacias al cambio metodológico.