Llegados a este punto del curso, solo nos queda valorar y reflexionar sobre el proceso de éste y los resultados obtenidos en su aplicación. Para mi, ha sido un curso de aplicación muy práctica y fructífera, pues no debemos olvidar el entorno, en torno al cual se desarrolla nuestra actividad docente, y la importancia que tenía el desarrollo de un curso de estas características.
Nuestros alumnos han aprendido a verbalizar sus emociones, e incluso a veces a identificarlas porque ignoraban lo que sentían. En cuanto al autocontrol, se ha avanzado en términos más lentos, aunque valoro este progreso también como muy positivo.
Destacar que esta, ha sido una labor conjunta, de todos los maestros y maestras que integramos el claustro, trabajando de manera complementaria, ayudándonos mutuamente e enriqueciéndonos con las experiencias ajenas.
Sería muy interesante el poder continuar el próximo curso ampliando y profundizando aún más en esta temática.