En el caso de nuestra formación en centro, la integración de las competencias clave en ESO y Bachillerato, disponíamos de una situación de partida en la que se  establecieron los siguientes objetivos:

En nuestro centro, tras la participación en este curso, se están introduciendo de manera gradual nuevas actividades, más interactivas, en las que el alumnado debe usar las nuevas tecnologías y en las que se refleja la utilidad de las misas en nuestras aulas. Aumentando la atención y la participación del alumnado, lo que se refleja en una mayor integración en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Tratando así que el alumnado se sienta implicado en su propio aprendizaje.

Por otro lado, en esta última evaluación se irán introduciendo rúbricas y la evaluación por competencias que transformará la forma de concebir la evaluación en nuestras aulas.

Cada uno de los participantes en este curso ha asimilado los contenidos del mismo de manera diferente, por lo tanto su aplicación en el aula difiere mucho de una materia a otra, teniendo en cuenta, asimismo, que cada profesor tiene su personalidad y que cada materia exige unas capacidades diferentes tanto por parte del profesorado como del alumnado. Hemos podido observar, como agentes activos en el proceso de enseñanza-aprendizaje, que este nuevo tipo de actividades que hemos ido introduciendo, y que abre la puerta a nuevas metodologías, produce en nuestros alumnos más motivación y mejor actitud hacia el aprendizaje. El alumnado interactúa más por lo que es consciente de su propio aprendizaje y esto provoca un efecto positivo en ellos, alimentando la curiosidad y las ganas de  saber más. A su vez, es un sistema que otorga al alumnado más independencia y deja que cada uno aprenda a su ritmo, fomentando así la competencia aprender a aprender y de iniciativa personal.

Durante el curso, hemos ido realizando las diferentes tareas que nos han ido proponiendo. Dichas tareas nos han puesto en contacto directo con lo que será la nueva realidad de nuestra vida docente. Así pues, nuestro curso comenzó con una reflexión, a partir de las Órdenes de 14 de julio de 2016 (ESO y Bachillerato) y del Real Decreto 1105/2014, sobre la relación que existe entre un criterio de evaluación, las estrategias metodológicas que se sugieren, los objetivos de la materia, las competencias clave y los estándares de evaluación.

En el módulo 2 realizamos una reflexión sobre la metodología desarrollada en nuestra propia práctica docente, tras el visionado de una serie de videos y la consulta de varios documentos proporcionados a través del Aula Virtual.

En el módulo 3 Concreción curricular de una UDI, cuyo punto de partida a la hora de construir una UDI  es la concreción curricular, es decir, seleccionar los elementos curriculares: criterios de evaluación y su vinculación con las competencias, objetivos didácticos, bloque de contenidos y contenidos específicos a partir de lo recogido en el proyecto educativo de centro y en los diseños curriculares establecidos por la Administración educativa.

Asimismo, se realizó también la transposición didáctica de la UDI que incluye tanto las tareas y actividades (derivadas de la práctica social de referencia) como los escenarios y los recursos asociados y la temporalización. La transposición didáctica define, mejor que cualquier otro elemento de la UDI, el trabajo escolar, tanto del alumnado como del profesorado.

En el módulo 4 se trató la ponderación de los criterios de evaluación de cada materia ya que es necesario plantear la ponderación que se realizará de los criterios de evaluación establecidos para cada materia. Esta ponderación podrá ser homogénea (o equitativa) entre todos los criterios de evaluación de una determinada materia, o diferenciada, otorgando a algunos criterios de evaluación más peso que a otros. En cualquiera de los dos casos, la suma de todos los criterios de evaluación de una determinada materia deberá sumar 100.  Además, para finalizar, realizamos la evaluación de una UDI concreta, que habíamos realizado previamente, completando de esta manera la UDI de manera total.  

A lo largo del curso hemos encontrado varias dificultades que se dividen en dos categorías: la primera las dificultades del curso de seguimiento en sí mismo, la segunda, las dificultades que implican la aplicación de lo asimilado en nuestras aulas. En primer lugar, en cuanto a las dificultades del curso, podemos decir que el inicio fue algo caótico en cuanto al uso de las plataformas digitales y el funcionamiento de las mismas, y también en lo que se refiere a nosotros, los participantes, que debíamos abrir nuestra mente hacia un cambio casi absoluto en nuestra forma no sólo de enseñar, si no de concebir el proceso de enseñanza/aprendizaje. En segundo lugar, en cuanto a las dificultades encontradas a la hora de aplicar lo aprendido durante el curso no han sido pocas, aunque ya teníamos nociones básicas de la introducción de las competencias en nuestras programaciones, que habíamos empezado a aplicar los últimos dos años tras la introducción de la nueva legislación, a efectos prácticos, en nuestras aulas, mediante la aplicación de nuevas metodologías que incluyen actividades interactivas y participativas integradoras de las TIC¿s.

Evidentemente, cualquier formación en centro, o de cualquier tipo, nos concede la oportunidad de mejorar nuestra práctica docente de manera considerable. En este caso, esta formación nos otorga una visión más clara de lo que ya es una realidad educativa en nuestro país y en Europa: el aprendizaje por competencias. En este curso, se nos ha enseñado bastantes proyectos diferentes, las diferencias terminológicas entre tarea, ejercicio, o actividad.

Pero, sobre todo, la oportunidad de ir introduciendo los cambios necesarios en nuestra actividad docente para ser más competentes y adaptarnos a las nuevas exigencias que se nos requieren. Hemos comprobado que nuestra adaptabilidad, flexibilidad y capacidad de cambio ha de someterse a prueba, una vez más, para adaptarnos a los retos que nos propone la nueva legislación. Asimismo, estos cambios que nos vienen siendo requeridos nos permitirán adaptarnos a las necesidades de nuestros alumnos, la clave está en aprender/enseñar a hacer y desarrollar las competencias clave en nuestro alumnado. Aprender a hacer y saber desenvolverse en la vida cotidiana será la clave desde este nuevo punto de vista de la educación.