Recorrido la mitad del camino del ambicioso proyecto que nos planteábamos ya hace unos meses, debo reconocer que los resultados conseguidos han sido mejores de los esperados. Pensaba que iba a ser algo complicado captar la atención y motivación del alumnado por juegos de los que ellos mismo, en un primer momento, llamaban ¿juegos catetos¿. Es muy gratificante ver la ilusión con la que esperan la llegada del lunes para poder jugar, no solo con sus compañeros, sino también con sus maestras/os.
Las posibilidades que brindan los juegos tradicionales que estamos poniendo en marcha en el patio del recreo o en las propias clases cuando la lluvia se ha hecho presente son múltiples. En primer lugar el juego por el juego mismo, que, en la medida que le demos mayor cabida dentro del ámbito educativo, ya estaremos incluyendo un aspecto importante para la educación y desarrollo de los niños.
Considero interesante el desafío de seguir fomentando, favoreciendo y apoyando el juego activo, participativo, comunicativo y relacional entre los niños, frente a una cultura que estimula cada vez más la pasividad corporal frente a una pantalla.
¡¡¡¡¡¡¡ Así que seguiremos aprendiendo jugando !!!!!!