Buenas tardes compañeros:
mi experiencia con la puesta en marcha de los contextos de aprendizaje ha sido positiva en general. He trabajado solo la exposición oral en un grupo flexible de 2º ESO. Es fundamental trabajar en primer lugar la rúbrica de evaluación y los materiales complementarios. Una vez que los alumnos son conocedores de qué elementos (indicadores) son los que se van a tener en cuenta en su evaluación, ellos mismos hacen hincapié en ellos, y el producto final mejora.
Es necesario que se hagan varios ensayos previos para que al final se consiga el resultado esperado. Además, cuando los alumnos reconocen la evolución (que suele ser positiva en la mayoría de los casos) en su intervención, les anima y les mejora la autoestima. Personalemente, mis alumnos han aprendido a mejorar la estructuración del contenido, la dicción y han perdido el miedo escénico a hablar en público.
Una sugerencia: como medida de continuidad propondría, desde la materia de lengua española, emplear una clase en la que se pusieran en común aquellas exposiciones que mayor puntuación hayan obtenido en la autoevaluación por parte de los alumnos, dentro de un mismo nivel. Podría ser una experiencia piloto.
Un saludo.