Gracias al curso que se nos impartió en el primer trimestre, he podido aprender a exteriorizar lo que sentimos mediante distintas técnicas las cuales, algunas de ellas, pude trasladar a la clase de quinto, siendo el resultado muy positivo ya que se ha conseguido que alumnos retraídos sean capaces de expresarse.

Por ello, pretendemos trabajar la empatía y que los propios alumnos aporten soluciones a los conflictos que surgen en el aula por motivos diversos y que lo trabajado esté recogido en un cuaderno personal sobre las emociones.