ESTA VALORACIÓN HA SIDO REALIZADA POR CINTA CALAÑA (COORDINADORA) fecha del 15 de marzo.
Grado de consecución de los objetivos
Los objetivos relativos a la formación del profesorado sobre inteligencia emocional se están viendo cumplidos ya que, la búsqueda intensa de recursos y materiales para trabajar el tema repercute en una amplia visión del mismo.
Desde libros, hasta programas de educación emocional, pasando por todo tipo de fichas, cuadernillos, material lúdico, experiencias, etc., componen un abanico extenso de posibilidades para trabajar el desarrollo emocional del alumnado. Estamos creando un banco de recursos muy interesante.
Todo ello ha repercutido en una mejora de la gestión del aula, ya que se abordan los conflictos desde otra perspectiva más enriquecedora y se fomenta en el alumnado el autoconocimiento necesario para la mejora de la convivencia. Aunque, también es cierto que se ve una mejoría en las clases en los que el tutor-a lleva a cabo la actividades de educación emocional, en desventaja de aquellas otras donde las lleva un especialista.
Nivel de interacción entre los participantes
Los participantes han establecido relaciones entre los diferentes niveles educativos ya que, al ser el grupo de trabajo tan heterogéneo, las agrupaciones se han ido forjando en torno a intereses y problemáticas comunes, lo que por otro lado ha resultado positivo al poder compartir materiales y libros de consulta.
Sin embargo, hubiera sido muy interesante poder disponer de más tiempo para reunirnos y compartir experiencias entre etapas.
Grado de aplicación en su contexto educativo
La aplicabilidad ha sido el objetivo desde el principio, ya que se han seleccionado experiencias aplicables a cada grupo-aula, en función de las necesidades detectadas. Las actividades han estado orientadas a mejorar los puntos débiles del alumnado y, siguiendo las directrices de la mayoría de los programas encontrados, se ha comenzado por la conciencia emocional; siguiendo con la regulación de emociones y la autonomía emocional; para terminar con las habilidades sociales, de vida y bienestar. Se ha permitido hablar de emociones como personas que somos.
Algunas actividades originales se han ido mejorando al realizarla en varias ocasiones, hasta ajustarla a las características del grupo. Esto ha redundado en la mejora de los resultados.
No podemos olvidar que el alumnado necesita emocionarse para aprender.
Efectos producidos en el aula tras la transferencia de lo aprendido
El alumnado se ha mostrado interesado en las dinámicas que se les han ido planteando. Dada la edad del grupo, la mayoría han sido planteadas en contexto de juego y en secuencias cortas.
Los alumnos han ido asumiendo de forma natural las nuevas exigencias y reglas de convivencia. Las evidencias del aprendizaje se notan en el clima de aula. Al principio, algunos alumnos se saltaban las normas fundamentales de convivencia, basadas en el respeto, y esto hacía difícil dar clase porque se sucedían las interrupciones, las acusaciones sobre unos y otros. Frecuentemente había que parar y resolver el conflicto.
Sin embargo, ahora los conflictos son puntuales y los mismos niños se autorregulan e inciden positivamente en los otros. Recuerdan las normas aprendidas y los métodos de resolución de conflictos que empleamos de manera habitual.
Hay que puntualizar que se observa un efecto menos positivo en los grupos no trabajados por su tutor-a.
Productos, evidencias de aprendizaje que se han adquirido
El ¿vocabulario emocional¿ ha aumentado ya que hacen referencia a sentimientos complejos como decepción, gratitud, constancia, coraje (como ausencia de desánimo), etc. Esto facilita la identificación, diferenciación y expresión de emociones (el manifestar a un compañero cómo nos ha hecho sentir su comportamiento, desarrollando la empatía del otro). Al tiempo que aumenta la inteligencia interpersonal, ya que aprenden que con su comportamiento pueden modificar el del otro y transformar un problema en una solución llegando a acuerdos.
Se producen frecuentes debates donde manifiestan su opinión y se observa una escucha más activa que antes, una expresión más organizada de ideas y emociones; y mayor facilidad para reconocer errores y reparar el daño producido.
Destacar aspectos que hayan resultado interesantes
Como aspectos que nos han llamado la atención, se encuentran la buena acogida del alumnado para realizar las actividades propuestas. Además, se observa disponibilidad del grupo para aceptar las diferencias y ayudar a sus compañeros con mayores necesidades. Han demostrado, pese a su edad, grandes dosis de tolerancia que ha permitido la mejora del comportamiento de ciertos alumnos.
Destacar aspectos susceptibles de mejora
Como aspecto a mejorar, ponemos de relieve la necesidad de más tiempo en el currículum para educación emocional. Según la experiencia vivida, se hace necesario un tiempo suficiente fijado en el horario. Esto va paralelo a la necesidad de romper con la barrera del currículo.
Además, se hace patente la necesidad de intercambios frecuentes entre los compañeros, para mejorar el diseño y desarrollo de las actividades, aprendiendo unos de las experiencias de los otros. Sin embargo, los horarios hacen difícil una coordinación adecuada (hay que restar tiempo a otras actividades, en el mejor de los casos). Se propone continuar durante más cursos con este grupo de trabajo para poder intercambiar más experiencias con los compañeros-as.
También sería interesante organizar alguna actividad conjunta de centro para contagiar al resto del claustro.