En mi clase estamos practicando dos sesiones semanales de yoga y mindfulness.
Las sesiones están programadas y estructuradas y se llevan a cabo los miércoles y viernes después del recreo.
Comenzamos la sesión sentándonos en círculo y cantando la canción "Rompo un huevo" mientras hacemos los gestos y el pequeño masaje en nosotros mismos o en nuestro compañero de al lado.
A continuación adoptamos la postura de la mariposa (o similar por falta de espacio) y practicamos respiraciones.
Y después básicamente lo que hacemos son actividades de atención y concentración. Algunas de ellas:
- Ojos cerrados. Silencio. Escuchamos los sonidos del entorno. Al toque de triángulo abrimos los ojos y verbalizamos lo que hemos escuchado.
- Silencio. Toque de triángulo. Levantamos la mano en silencio sólo cuando percibamos que el sonido del triángulo ha desaparecido por completo.
- Ponemos varios objetos en el centro del círculo y los observamos en silencio, memorizándolos. Cerramos los ojos. Al toque del triángulo los abrimos y descubrimos cuál falta.
- Nos pasamos un objeto sonoro (cascabel, palo de lluvia...) cuidando de que no suene.
Normalmente hacemos una de estas actividades por sesión, ya que he comprobado que si alargo la sesión acaban perdiendo el interés y desconcentrándose.
Después de realizar una de estas actividades practicamos una o dos posturas de yoga, para terminar con el saludo al sol, que hacemos al ritmo de una canción.
Además de las sesiones semanales, tengo en mi clase desde principios de curso un "Rincón de la calma". En este rincón hay un espejo, en el que pueden mirarse y realizar gestos y asociarlos a estados de ánimo. Hay un cojín para relajarse y varios relojes de arena. Los relojes de arena les ayuda a calmarse observando cómo cae la arena. Eventualmente pongo también un palo de lluvia. Les encanta ver las bolitas caer.
En general han asimilado muy bien el funcionamiento del rincón. Es un rincón al que pueden acudir siempre que quieran. Simplemente porque les apetece o porque no quieren realizar una actividad determinada en ese momento o no les apetece jugar. No es un rincón de castigo y nunca los llevo allí obligados. Es curioso como muchos de ellos al llamarles la atención porque pegan, gritan o corren en clase, me dicen que están un poco nerviosos y sale de ellos mismos en ir al rincón a "relajarse".
Para el próximo curso tengo pensado añadir algunos elementos más: un árbol musical, mandalas para colorear y alguna cosita más. Ahora, con 3 años los veo aún muy pequeños.
Paralelamente al desarrollo de estas actividades estamos llevando a cabo en 3 años un miniproyecto de educación emocional, basado en el cuento "El monstruo de Colores". En mi aula lo trabajo con una frecuencia de una sesión semanal, los martes a primera hora. Nos hemos centrado este trimestre en la emoción de la Alegría, con el objetivo de trabajar las emociones restantes el próximo curso.
En general, estas actividades están teniendo una repercusión bastante positiva en mis alumnos.