Hemos acabado en nuestro centro la I Semana Grecorromana y quiero hacer algún comentario sobre las impresiones que yo he sacado.Y traigo aquí este asunto porque creo que hay elementos que se pueden aprovechar y que tienen que ver con el espíritu en que se basa el PLC.

Durante la preparación del proyecto que ideamos en el departamento de Inglés, todos trabajamos en la búsqueda de un tema, ideas para trabajarlo y materiales para elaborar esas ideas. Todo ha sido un poco atropellado, con fallos de cordinación entre nosotros, pero al final hemos hecho un trabajo en equipo. Nos hemos implicado nosotros y hemos implicado a nuestros alumnos. Otros departamentos han hecho actividades magníficas y todo el Instituto estaba revolucionado, en el buen y en el mal sentido del término.

¿No tiene esto mucho que ver con el PLC? ¿No queremos hacer trabajar al alumnado de una determinada forma? ¿No queremos que estén trabajando los mismos temas desde las distintas asignaturas para que puedan relacionar todo lo aprendido y no verlo como conocimientos aislados, según lo cual parecería que nada tiene que ver la Música  con la Literatura, el Derecho con la Historia o la vida cotidiana? A veces nuestros alumnos aprenden cosas en las distintas asignaturas que no relacionan entre sí hasta mucho tiempo después, cuando su madurez y su visión global de lo que han aprendido se lo permite.

Seguro que hay aspectos que mejorar, porque no estamos acostumbrados a trabajar así, pero ha habido un cierto grado de cooperación entre departamentos para conseguir el fin de dar a conocer un poco más el mundo grecorromano, tan ligado a Santiponce y que tan lejano parece resultar a muchos de nuestros estudiantes.

Ha habido fallos de coordinación y de procedimiento, pero la idea es buena y ha merecido la pena. En mi opinión, se debería fijar la Semana Grecorromana a principio de curso, de forma que no coincida con otras actividades, que en nuestro centro son muchas. Todo el claustro aceptará la fecha y nadie fijará actividades en esos días.

La comisión de organización debería estar formada por tres o cuatro personas como mínimo y no cargar prácticamente todo el peso en una sola. Esa comisión se reuniría con la periodicidad que se considere necesaria (no más) e iría imponiendo plazos para elegir temas, actividades y aportar otras sugerencias. Habrá reuniones a las que tendrán que asistir todos los participantes en el proyecto, pero es que sin coordinación no hay resultados. Varias semanas antes del inicio de la Semana, la organización debería quedar cerrada, con la excepción de algunos inevitables detalles de última hora.

La participación de todos los alumnos también es un tema pendiente, porque perciben la celebración de estas actividades como una semana de relajación y de escaqueo. La evaluación de las actividades y del trabajo individual o de equipo ayudaría en este sentido.

Esta Semana podría considerarse un embrión de una idea que quizá nos deberíamos plantear como centro. Hemos empezado con el PLC, que nos ayudará a una mayor cohesión y unidad de criterio. Estoy seguro que esto nos llevará a dar otros pasos en la consecución de mejores resultados: mejor comprensión lectora y oral, mayor capacidad crítica y mejor escritura y, por ende, mejor formación.

Si no hacemos nada, significará que estamos contentos con lo que tenemos. Y, entonces, me envainaré esta larguísima intervención.