[Aprendizaje Basado en Proyectos] -

[Competencias Clave] -

[Integrar, Programar, Evaluar] -

[Currículo] - [Estrategias].

    Palabras todas sobre las que reflexionar -pienso- en esta autoformación...

    El ABP no es, desde luego, la panacea y la solución milagrosa a todos los males que la Escuela sabemos que tiene en este trepidante comienzo de siglo XXI. Pero alivia y nos regala algo de esperanza.

    Lo que resulta fácil comprobar es que la "metodología" ABP ayuda a los niños/as a que aprendan que hay vida más allá de... los conceptos y los contenidos. Y les proporciona un conjunto práctico de recursos y visiones a través de los que se puede encontrar, más asequiblemente, la utilidad de lo que aprenden y la aplicación directa hacia sus entornos cotidianos.

    En la base de este método podemos encontrar una idea-pivote bien sencilla. Y es que, en este momento de nuestra historia, es preferible desarrollar desde la organización de un Colegio cabezas bien hechas que cabezas bien llenas; y el ABP contribuye claramente a ello (a lo primero).

    Con el ABP, dependiendo de en qué estrategia se enmarque, se pueden hacer crecer, además de las cabezas, los corazones y hasta las almas. Nos sobran motivos.

   Trabajar por proyectos implica por otro lado, entre otros, que los que nos dedicamos a enseñar/educar reubiquemos nuestro rol docente hacia el plano de: orientar, dinamizar, motivar, guiar, generar, organizar el conocimiento¿ para ello será necesario diseñar y planificar experiencias de aprendizaje que sean colaborativas, emocionantes, dinámicas y flexibles más que a programar sobre un papel y ya.

    Será imprescindible, por tanto, para alcanzar el fin del ABP desprenderse sin rubor del paradigma que tanto nos viene atrapando: clases-deberes-libros-cuadernos-exámenes.

    En realidad, lo que hacemos con el ABP creo que es facilitar un andamio al alumnado para ayudarlo en el proceso de construcción de su propio conocimiento.

    Partimos de un reto, de un problema, de un dilema, de un misterio o de una necesidad, lo más real y cercano posible, y se lo planteamos al grupo-clase. La solución del reto pasa porque el alumnado tenga que poner en juego y despliegue todas las capacidades, actitudes, competencias, valores, emociones, habilidades, (individuales y colectivas).

    Podemos guiar el proceso a través de diferentes dinámicas (esto es: diversidad de acciones, y no sólo ejercicios, actividades y tareas más o menos integradas). Pueden ser sencillas y también más complejas, pero siempre graduadas por nivel de dificultad, que van adquiriendo sentido en la medida en que se van haciendo más necesarias para la investigación, la búsqueda y el descubrimiento de la respuesta de lo que se ha planteado.

    Los productos del ABP obtenidos finalmente, por su parte, sería muy conveniente que se exhiban en un escaparate. No ya con el ánimo de dimensionar el ¿yo¿ personal de quién aprende y quién enseña, como erróneamente a veces es percibido, sino con el propósito de mostrar y compartir para seguir aprendiendo juntos.

    A medida que el alumnado profundiza en el trabajo del proyecto es evidente que desarrolla un buen ramillete de sus competencias, de su creatividad, de su iniciativa, la comprensión de hechos y procesos, el juicio crítico, sus habilidades de cooperación y realiza reflexiones metacognitivas sobre su propio proceder en las formas de aprender.

    El ABP huye de ser -solamente- una metodología porque la estrategia es más bien la que se acomoda a los estilos de aprendizaje y enseñanza de cada niño/a y de cada docente.

    Es por tanto un método abierto y flexible en el que, a modo de envase, se pueden (y deben) incorporar de forma natural otro tipo de recursos pedagógicos emergentes; como pueden ser: el aprendizaje cooperativo, las técnicas de innovAcción, las tecnologías del aprendizaje y el conocimiento -TACs-, el aprendizaje basado en problemas, el modelo de inteligencias múltiples, el aprendizaje-servicio, la gamificación, el visual-thinking, los modelos de co-evaluación, la neurociencia, el sorprendizaje, el scratch, theflippedclassroon, el arduino, la robótica y un largo etcétera (perfectamente compatibles).

    Si incorporamos al ABP, a esos ¿proyectos¿ del ABP, conexiones con los propios intereses y motivaciones del alumnado podemos multiplicar los resultados, con presencia (o no) de varias áreas del currículo vigente, para aprovechar el esquema, que siempre funcionó, de que el aprendizaje es un acto intencional y, en consecuencia, se aprende porque se quiere.

    Podría, además, venir este ABP acompañado de recursos, artefactos, redes y artilugios TICs, aunque opino que no es imprescindible ni está condicionado por su uso.

    Lo importante es que el ABP nos permita narrar el aprendizaje como algo colaborativo, poniendo a disposición de la comunidad educativa el proceso y el producto, para lo que sería bueno, en otro orden de cosas, implicar la presencia de diferentes agentes del resto de la TRIBU, que también sigue enseñando y educando en contextos menos fomales, para ganar en colaboración y autoayuda.

    Tampoco podemos considerar al ABP como una moda pasajera, dada su antigüedad de uso, ya en las viejas escuelas de artes y oficios aplicados de media Europa, desde hace más de cuatro siglos.

    E igualmente, para finalizar, me gustaría apuntar que el ABP se ve siempre facilitado:

- cuando se emplean diveras fuentes, que resulten válidas, de conocimiento y estudio (y no sólo el libro de texto),

- cuando se utiliza una amplia gama de recursos y medios (en el ancho y amplio sentido que estas palabras tienen),

- cuando se concede a los espacios, a los tiempos y a los agrupamientos otras oportunidades y formas para ser organizados y cocinados desde usos didácticos alternativos, innovadores y sugerentes,

- y cuando se diversifican los procedimientos y técnicas que empleamos para valorar el qué aprenden y el cómo enseña-mos.

    #sigamoscaminan2

    ;)

    El cambio es la única constante  - [Heráclito].