Cumpliendo con los compromisos adquiridos por el GT, el coordinador o coordinadora debe hacer una entrada en el blog de Colabora antes del 15 de marzo.
Para ayudaros con la entrada, os proponemos estas cuestiones que podéis tomar a modo de guión orientativo:
1. ¿Cómo está siendo la implicación de los integrantes en el GT y cuáles están siendo las aportaciones al mismo hasta el momento?
2. ¿Cómo valoras los resultados que el grupo está consiguiendo en relación a los objetivos propuestos?
3. ¿Cuál está siendo la incidencia del trabajo del grupo en la práctica del aula?
4. ¿Qué sugerencias o propuestas de mejora te parecen oportunas de cara a los meses que nos quedan por delante?
Este grupo se crea con un objetivo distinto: esclarecer las innumerables dudas que se ciernen sobre la práctica diaria con la inclusión de las competencias clave. Los integrantes, más allá de nuestras labores cotidianas, que no son pocas, nos reunimos asiduamente para, desde nuestro desconocimiento personal, intentar ayudarnos a través de reflexiones inciertas, discusiones plurales e interrogantes múltiples.
Los resultados surgen desde un gran coste personal, siempre son resultados inciertos, trémulos y envueltos en un halo de incertidumbre. Pero más allá de estos tenues y temblorosos pasos, propios de quien explora un terreno desconocido, hay algo que surge en una explosión inesperada, cual surtidor natural: la cooperación que lleva a la necesaria búsqueda de resoluciones plausibles.
Los objetivos iniciales se ponen en marcha, sorteando obstáculos, y ya comienzan a dar sus frutos: moldeamos objetivos, contenidos, metodologías a medida que la práctica nos señala elementos de reflexión necesaria. Esos frutos que observamos en el aula promocionan procesos cognitivos superiores, tan necesarios en el desarrollo de una competencia esencial: aprender a aprender.El alumno fortifica su autonomía, gestiona su potencial, explora nuevas capacidades y descubre nuevas estrategias intelectivas. Sin embargo, todo fruto no es un cúmulo de luz, los logros también se acompañan de sombras. Unas sombras que instan a la cooperación interdisciplinar, que instan a la reflexión constante.
Para concluir, sólo nos queda ser oteadores omniscientes de una tarea tan mudable como la personalidad de nuestro propio alumnado. La vigilancia nos lleva a la búsqueda de un mínimo igualitario que facilite las capacidades particulares de cada alumno dentro de un contexto común: el centro educativo para luego, exponer los resultados en un contexto plural: la sociedad.