O traducido: si llueve, ¡que llueva! Eso es lo que decimos en Galicia a modo de mantra para conjurar el hastío de las lluvias continuas y revertirlo afirmativamente, en una aceptación pletórica y desafiante de lo que cae del cielo. Sé que a lo largo de estos meses en Constantina también habéis tenido agua para dar y tomar (hasta los telediarios nacionales se hicieron eco de ello). Pero... ¡bendita agua! Porque, atendiendo a las noticias que nos llegaron de Tales de Mileto (ss. VII-VI a.C., considerado el primer filósofo), él decía que todo es en virtud del agua, así que a más agua, más ser y, por lo tanto, más material con el que comernos el tarro desde la filosofía... ¡Yuhuuu! ;) Por otra parte, ya con anterioridad Homero apuntaba a que en el origen de todo está el agua, concretamente señalaba que el cosmos brotó de dos principios acuáticos: uno masculino (Océano) y otro femenino (Tetis). Y según la mitología egipcia, en el principio era Nu, masa líquida primordial. Zambullámonos pues... en el agua, en la tierra y, en definitiva, en el ser.