Reflexionando para redactar esta evaluación, me he acordado de un compañero de mi centro anterior, felizmente jubilado, que se vanagloriaba de haber impartido clase de la misma forma durante las siete leyes educativas de la democracia.
Si algo ha supuesto para mí y para la mayoría de compañeros/as esta formación es que nos ha permitido cuestionar nuestro trabajo, nos ha acercado a una nueva forma de entender la enseñanza, la evaluación, el aprendizaje. Pero si me permitís utilizar una metáfora visual, me he sentido como si tuviera que escalar el Aconcagua.
Creo que la aproximación general al trabajo por competencias nos ha permitido situarnos, ahora debemos posicionarnos.
Creo que debemos plantearnos de manera consensuada, real y práctica qué pasos son los siguientes:
¿Aprender nuevas metodologías que cambien nuestra práctica diaria? ¿seguir diseñando UDIS y quizás como mi antiguo compañero, seguir dando clases magistrales? ¿Es necesario utilizar Séneca para programar? ¿las ventajas superan los inconvenientes?
Creo que deberíamos conocer experiencias de otros centros que nos ayude a tomar decisiones y a mirar con perspectiva.