La experiencia vivida este año con alumnos y compañeros al acercar la inteligencia emocional a las aulas ha sido el comienzo de lo que debería ser su implantación en todo el centro.
Hemos podido observar que no es tarea fácil aplicar la inteligencia emocional, porque no es fácil que los adolescentes entiendan sus emociones y sean capaces de extrapolarlas a sus compañeros y profesores, pero resulta muy gratificante ver los pequeños logros que se van consiguiendo.
En este curso hemos utilizado las tutorías para ir aplicando distintas técnicas, pero pienso que este debe ser el primer paso para poder establecer un plan de inteligencia emocional que llegue a toda la comunidad educativa, alumnado, profesorado y las familias. Es fundamental, para un desarrollo satisfactorio, la colaboración de las familias, por esto en los próximos cursos se deben implementar los medios para captar a las familias, de una manera planificada y coherente y sin improvisaciones.
Pienso también que es necesario continuar con la formación del profesorado, la implementaciónd de técnicas de inteligencia emocional no es, como ya he dicho, tarea fácil, por lo que para la correcta aplicación se impone una buena formación.
En conclusión, creo que este curso nos ha servido como primer paso para entender la importancia de la inteligencia emocional y la necesidad de establecer un plan de actuación en el centro en los próximos cursos.