A menudo cuando nos dedicamos a la docencia nos sumergimos en el día a día diseñando y programando actividades y contenidos paa que el alumnado aprenda. En mi caso que desempeño mi trabajo en la FP, para que el alumnado adquiera todas las competencias necesarias para poder llevar a cabo su práctica profesional. En la realidad de la formación profesional, en el mejor de los casos os encontramos grupos de veintitantas personas (en el peor de los casos tenemos 30) que acceden a los ciclos desde diversos itinerarios y que a veces acaban en nuestras manos porque no han podido acceder a otras formaciones. Nos encontramos pues alumnado con diferentes niveles de formación académica y con diferentes motivaciones. Por otra parte nos encontramos jovenes con un perfil complejo en el que confluyen un alto porcentaje de alumnado con situaciones personales complejas (que por una parte les hace empatizar con las futuras profesiones que van na desempeñar, pero que por otra les dificulta la gestión del dia a día) y la cada vez mayor incapacidad para gestionar las emociones y el estrés, así como la exigencia que requiere una formación de grado superior con carácter profesionalizador. Eso genera un alto componente de frustración en el alumnado cuando no consiguen alcanzar unos mínimos o unos estándares que ellos/as mismos/as se marcan y eso unido a la baja tolerancia a la frustración que en general presentan cada vez más los jóvenes, convierte el aula en un lugar en el que se debe atender no solo a los contenidos meramente académicos. 

Ante toda esta realidad, no podemos olvidar que todos estos procesos y situaciones se gestionan y se registran en el cerebro y que cada alumno y alumna posee un cerebro único, que en general comparte con el de los demás procesos y funciones pero que está configurado de forma exclusiva en función de su historia personal y de vida y de sus experiencias. Lo que aporta este proyecto es esa perspectiva extra que da conocer el cerebro y cómo influye en el aprendizaje y el control emocional de nuestro alumnado. De esta manera podemos propiciar situaciones y espacios en los que se trabaje con el objetivo de enseñar también a manejar aquellas situaciones que pueden dificultar el correcto fluir de los procesos, así como mostrar estrategias que por el contrario los faciliten. A través de las diferentes unidades didácticas diseñadas en este grupo de trabajo se ha podido conocer la importancia del lenguaje y los mensajes que recibimos, tanto de los demás como de nosotros mismos en cómo aprendemos, trabajar la autoestima, etc. El alumnado ha transmitido su entusiasmo por este tipo de contenidos y ha manifestado su utilidad para por lo menos tomar conciencia de cómo influyen y tratar de aplicarlo en su día a día. Este proyecto aporta herramientas para que el alumnado se ¿entrene¿ en la gestión, control y conocimiento de sus emociones y las posibilidades de aprendizaje que se pueden presentar en as diferentes situaciones.