Me gustó conocer, en la primera sesión, que una de las características del método ABN es que es ¿abierto¿, en el sentido de que estimula a cada alumno,-a a ensayar distintas estrategias para alcanzar el resultado de una operación o problema.
Valoro mucho esta flexibilidad del método, y por ello me parece que hablar de ¿colegios ABN¿, de ¿libros de Matemáticas ABN¿, o de ¿maestros ABN¿, no casaría bien con ese principio, según el cual, en vez de restar posibilidades de usar otros métodos, el ABN invitaría a sumar a nuestra práctica docente un método más para trabajar en Matemáticas.
A esto se añade la experiencia común de que ningún método sintoniza completamente con todos los profesores (y esa sintonía es un factor importante para el éxito en la aplicación de cualquier método), ni se adapta por igual a todos los alumnos.
Por todo ello, me parece interesante aprender y poner en práctica las estrategias que aporta el método ABN, pero creo que sería empobrecedor, y hasta contradictorio con la intención del método, ponerse como meta que haya una sola línea de trabajo, ABN, en el profesorado de Matemáticas de un Centro.