En quinto hicimos durante el mes de marzo la dinámica de " El frasco de los gritos". Cada niño/a tenía que traer un bote de plástico y escribir en un papel alguna vez en la que han estado enfadados. Después hemos reflexionado sobre lo que nos cabrea y como lo gestionamos. La botella la hemos usado de forma simbólica para guardar nuestros cabreos y gritar dentro de ella de forma simbólica dejando así dentro nuestro enfado.

En la clase de Educación Infantil 5 años, durante el mes de Marzo hemos trabajado con la actividad: "El bote de los gritos".
En la primera sesión, durante la asamblea hemos hablado del enfado: ¿Qué es el enfado?, ¿Cuando nos enfadamos? ¿Qué cosas son las que más me enfadan?, ¿Cuándo ha sido la última vez que me he enfadado?. Cada alumno/a ha contestado a estas preguntas contándolo al resto de sus compañeros/as.
En la siguiente sesión, les he enseñado un frasco de plástico y hemos acordado que va a ser nuestro bote de los gritos donde podemos gritar dentro de él cuando nos enfademos. Cuando necesitemos utilizarlo, liberamos el enfado gritando dentro de él y luego debemos pensar por qué nos hemos enfadado y qué podemos hacer para no enfadarnos más.

En la clase de 6º realizamos una actividad similar a la que Julia realizó con el ovillo de lana. En nuestro caso cada alumno dibujó su mano en un folio. Esos folios fueron rotando por toda la clase, pasando por todos los compañeros. Dentro de la silueta de la mano, cada uno tuvo que escribir algo positivo de dicha persona y fuera de la mano escribió algo que esa persona debería mejorar. Al final, cada alumn@ leyó lo que sus compañer@s habían escrito y recortaron la mano para quedarse con lo positivo que sus compañeros piensan de ellos. Aunque los puntos a mejorar se recortaron, hablamos sobre ellos y propusimos mejorarlos en el tiempo que tenemos hasta final de curso.

En la clase de 2º de Eso comenzamos con una lluvia de ideas sobre en qué situaciones necesitábamos gritar y si era una acción que debíamos eliminar de nuestro repertorio o si por el contrario el grito tenía algún sentido y servía para algo. Todos coincidieron en que gritar les ayudaba a liberar tensiones o desahogarse pero al mismo tiempo todos y todas afirmaron sentirse mal tras gritarle a alguien. Nos dimos cuenta así de que el grito es positivo cuando lo hacemos como acción individual con nosotros mismos para liberar tensiones pero que no es adecuado cuando dirigimos ese grito hacia otras personas, puesto que no ayuda a resolver los problemas.
De esta forma comenzamos a trabajar la técnica de contar hasta 10 cuando sintiéramos que estábamos a punto de chillarle a alguien y guardar ese grito para "el frasco de los gritos", un objeto de casa que todos podían traer o tener en casa para cuando se dieran estas situaciones. Al ser más grandes, aprender a manejar las situaciones de enfado a través del autocontrol resultó lo más positivo.
La actividad la realizaron durante una semana, de martes a martes que es cuando tenemos la sesión de tutoría y les gustó, de hecho algunos/as venían contando que al enfadarse con sus hermanos pequeños o sus padres habían decidido guardar los gritos para el frasco y optar por el "tiempo fuera".

Durante el mes de marzo, en la clase de tercero hemos trabajado "El frasco de los gritos". La puesta en marcha de esta actividad la hemos secuenciado de la siguiente forma:
- En primer lugar, hicimos un coloquio sobre qué situaciones nos pueden enfadar y cómo actuamos ante tal emoción.
- En segundo lugar, reflexionamos sobre aquellas situaciones en las que somos nosotros los que podemos provocar enfado a otras personas.
- A continuación, presentamos el frasco de los gritos (un bote de plástico que cada alumno/a trajo de casa), como objeto simbólico donde guardar aquellos sentimientos que nos provocan tensión, enfado, descontrol... de manera que seamos conscientes de lo que sentimos, por qué lo sentimos, cómo actuamos/respondemos y posteriormente, cómo volvemos a nuestro estado ordinario.
Ha sido muy gratificante y el compartir siempre nos aporta mucho bien, pues aprendemos unos de otros.

En la clase de 4º de Primaria se adaptó la actividad de "El frasco de los gritos" mediante el reciclado de la caja de los besos y coincidiendo con una lectura del emocionado sobre el enfado, estuvimos hablando de situaciones en las que se han enfadado con alguien, qué sucedió, qué provocó el enfado, cómo se sintieron, qué sensación se les quedó en el cuerpo...Se les proporcionó unas cuartillas (medio folio) decoradas con dibujos para usarlas en situaciones de enfado, donde ellos pueden escribir lo que les ha pasado, cómo ha sido, cómo se han sentido...La actividad sigue abierta, ya que siguen disponiendo de esas cuartillas para depositarlas en la caja cuando quieran. Además, se les incidió que podían usarla, en especial, si tenían algún enfado con algún compañero/a, a modo resolución de conflictos, pero nadie ha vuelto a usarla (en parte, porque no ha habido grandes problemas entre el alumnado). Este tipo de dinámicas y de actividades, siempre tienen un efecto positivo en el grupo, que generalmente se suele mostrar más calmado y participativo.

En el aula de tres años de infantil, hemos versionado la actividad del bote de los gritos, y lo hemos llamado el bote que guarda los enfados, en una botella grande de plástico, que preparé forrada de papel negro, en ella durante este mes hemos ido metiendo todos aquellos enfados que iban sucediendo en el aula ya sea entre compañeros o por cualquier otro motivo, y simbólicamente lo metían en la botella y luego entre todos intentabamos buscar soluciones o hablar sobre que podemos hacer cuando estamos enfadados.