Durante las sesiones que hemos tenido con los distintos ponentes hemos ido tocando temas fundamentales para la enseñanza. Los profesores deben ser capaces de motivar a los alumnos, pues las emociones hacen que lo que estemos enseñando, realmente quede integrado. Pero ¿cómo va a motivar un profesor que no lo está él mismo?

Es importante que primero, además de formarnos, hagamos una introspección y seamos nosotros los que nos motivemos y queramos cambiar nuestros métodos o adoptar nuevas estrategias. Es sólo así que podremos influir en nuestros alumnos y, entonces, motivarles para el aprendizaje.

Para ¿llegar¿ a los alumnos deberemos, entonces, tener en cuenta sus emociones y saber crear ambientes propicios para el aprendizaje. Con diferentes técnicas que nos han enseñado en el curso, podemos crear un clima de confianza con los alumnos, aumentar la autoestima y darnos cuenta de cómo podemos ayudar y trabajar con un alumno, si reconocemos la emoción que experimenta en ese momento.

Por otro lado, la importancia de la motivación en el alumnado no es sólo para ¿que la clase sea más amena¿, sino porque, cuando un alumno se implica, participa y no sólo se dedica a escuchar, es cuando realmente aprende e integra esos conocimientos. Según la Pirámide de Edgar Dale, tan sólo retenemos en nuestra memoria un 5% de lo que escuchamos, un 20% de lo que vemos, un 75% de lo que hacemos y un 90% de lo que explicamos a los demás. Todo esto nos hace conscientes de que realmente los alumnos deben tener un papel activo en su proceso de enseñanza-aprendizaje.

Ahora bien, una vez que hemos descubierto la importancia de la participación del alumnado y de su motivación, vemos necesario aprender cómo trabajar su atención.

La atención viene condicionada por muchos factores: biológicos, de edad, ambientales, experiencias previas, estado emocional¿ y, además, puede ser de distintos tipos: alterna, selectiva, sostenida¿

Es importante conocer que las personas, y más aún los niños, son capaces de mantener una atención ¿de calidad¿ sólo por un tiempo, por lo que deberemos variar las actividades durante el aula. Para ello, nos enseñaron algunas técnicas para romper con la monotonía de la clase y para centrar la atención en las tareas.

Los miembros del curso están, poco a poco, trabajando las técnicas que hemos aprendido en las sesiones con los ponentes. Algunos están muy contentos con los resultados que están provocando en el alumnado.

En nuestro centro, vemos esencial esta formación en disciplina positiva, pues el alumnado, en general, presenta muchas carencias afectivas y que no todos tienen y reciben ejemplos y refuerzos positivos en sus casas. Vemos fundamental, enseñar a los alumnos que, teniendo un clima agradable y de confianza, las personas interactuamos mejor. Los profesores de este centro somos conscientes que somos ejemplo para nuestro alumnos y que desde la disciplina positiva podemos ¿llegar¿ mejor e intervenir mejor en los conflictos que se ocasionen.

Además, los profesores que participan en este curso, queremos destacar que, gracias a este curso, estamos creando un vínculo mayor entre nosotros (muchos de nosotros somos nuevos en el centro) cosa muy importante para la organización e influencia en los alumnos.

Estamos encantados con los ponentes que hemos tenido y muy ilusionados con los materiales y estrategias que nos han proporcionado. Se han preocupado por nuestras necesidades y nos han permitido exponer nuestras preocupaciones y actuaciones sobre nuestro alumnado. También es necesario mencionar, sobre todo para mí como coordinadora, la disposición y accesibilidad de la coordinadora, María del Mar, que siempre se ha mostrado muy cercana y ha dedicado todo su tiempo para ayudarme con el proyecto.