Pienso que todos cometemos errores, profesores y alumnos _ aunque no deberíamos juzgar excesivamente sino ayudar, explicar cual creemos fue el fallo. Si todos fuesemos perfectos no habría necesidad de utilizar la inteligencia emocional pero tampoco aprenderíamos de nuestro errores y de los errores de los demás. Pedir perdón es una de las cosas más difíciles de la vida pero reconforta el haberlo hecho de corazón, con cariño_ aunque a veces no nos perdonen de inmediato. 

Vivimos en una sociedad donde todo el mundo miente, aunque todas las mentiras no son horribles o nefastas para nuestras relaciones personales, familiares o con los alumnos _ incluso pueden ayudar, a veces. Lo peor que puede observar un alumno en clase, en su casa_ en la vida en general_ es que normalmente la gente no hace lo que dice, los actos no se corresponden con sus palabras. Esa es la peor mentira de todas. 

Por supuesto, estoy totalmente en desacuerdo con el menosprecio hacia los alumnos o alguna otra persona. Todos tenemos nuestras habilidades y de todo el mundo se puede aprender, Hablando con los alumnos en esos minutos al final de la clase o haciendo un descanso aprendes que uno tiene a su padre enfermo de la espalda y que trabaja por las tardes en la carnicería porque su padre no puede, o que otro va a entrenar por las noches y se acuesta muy tarde, o que otro, cuyos padres están separados, va a vivir con su padre_ descubriendo yo más tarde que dicho padre le exige menos que su madre.

Mejor, vamos a ir a cara descubierta para que nos conozcamos mejor y no nos juzguemos excesivamente, así poder entender mejor a los demás y hacernos entender a nosotros mismos com empatía y cariño. Pss... y también genio cuando hace falta.