Este curso ha sido duro. Siempre lo es cuando se empieza algo desconocido, cuando nos apartan de nuestra zona de control, de nuestra rutina... pero la verdad es que el cambio no ha sido voluntario: si la sociedad avanza, ¿Por qué no la forma de enseñar? Como maestros, debemos ir formándonos constantemente, tal como lo hicieran un médico, un científico o un abogado. Trabajamos para educar y enseñar a los adultos del mañana. Si no nos actualizamos, nuestra enseñanza se queda obsoleta. No sirve.
Durante este curso y gracias a la formación recibida tanto por nuestra compañera como por los demás docentes, me ha quedado más claro que el aprendizaje tiene que ser, por encima de todo, funcional, competencial. No sirve de nada conocer los ríos de Europa si luego no se es capaz de interpretar un mapa, o una serie de reglas ortográficas si luego no se aplica.
Para concluir, y aunque estoy bastante satisfecha con la formación recibida, me gustaría exponer que en el centro seguimos precisando formación en cursos venideros, ya que siempre quedan cosas en el aire.
Mis agradecimientos a los ponentes, Carlos Jarana y Antonio Sánchez, pero sobretodo, a nuestra compañera Carmen Gómez, ya que ha dirigido y propuesto las líneas de actuación de la formación, nos ha motivado y ayudado para llegar a este punto.