En la ponencia que tuvimos la oportunidad de recibir el pasado mes de Febrero, dentro de la formación en centros. Hemos tenido la oportunidad de ver un video que mostraba una situación real de aprendizaje cooperativo. Esta situación real, suponía un paso más allá de las metodologías activas que tradicionalmente en los últimos años se estaban llevando a cabo en nuestras aulas.
Si entendemos por metodología activa el proceso interactivo basado en la comunicación profesor-estudiante, estudiante-estudiante, estudiante-material didáctico y estudiante-medio que potencia la implicación responsable de este último, podemos ver las limitaciones de estos últimos en cuanto gestión del tiempo real de ejecución de las tareas y la ralentización si incluimos en el metodologías TIC.
En cambio el aprendizaje cooperativo es una metodología que da un paso más allá quizás, ya que tiene como finalidad lograr la autonomía del alumnado, además de profundizar en aspectos tan determinantes como la ayuda mutua, el trabajo en equipo, la responsabilidad individual, el desarrollo de las habilidades sociales y la inclusión de todo el alumnado. Todos estos aspectos recogidos en los objetivos de la etapa ESO y difuminado en las distintas competencias claves a lograr por el alumnado de la ESO.