El nivel de interacción entre todos los participantes ha sido muy satisfactorio. Ha resultado enriquecedora la circunstancia de que hubiese una representación amplia del profesorado tanto cuantitativamente como cualitativamente ya que pertenecíamos a varios departamentos. Esto hace, por un lado, que las distintas personas aporten soluciones e ideas que nos sirven a los demás pero, también, por otro lado, se plantean dudas que nos obligan a reflexionar y buscar soluciones.

De los cinco objetivos que nos habíamos marcado, hemos conseguido cuatro de ellos.

En primer lugar, hemos conseguido conocer la legislación necesaria para establecer los mapas de relaciones curriculares que afecta  a Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato.  Esto es muy importante porque los mapas curriculares son la base de la que hay que partir para la planificación de la materia y el diseño de pruebas evaluables.

En segundo lugar, se ha comenzado a utilizar instrumentos de evaluación muy variados para evaluar distintos criterios. Aunque se trate solo de un comienzo, estamos muy satisfechos porque supone un cambio profundo en la concepción de la evaluación y hemos llegado a ese punto en el que podemos seguir progresando mucho.

En tercer lugar, hemos empezado a evaluar a través del aplicativo o del cuaderno de Séneca¿. Cada uno va a un ritmo diferente pero al menos todos lo hemos hecho en algún curso.

En cuarto lugar, hemos conseguido dar a conocer al resto del profesorado la labor que se realiza en el grupo de trabajo a través de la información proporcionada en los claustros. Además, casi todos los departamentos tenían algún miembro en el grupo de trabajo por lo que la información detallada les llegaba de forma directa.

El único objetivo que nos ha quedado por conseguir es el de buscar fórmulas para dar a conocer a las familias el sistema de evaluación criterial. El problema para alcanzar este objetivo radica en que la evaluación por criterios es un sistema complejo que, por su propia naturaleza, es llevado a la práctica de formas muy diversas dependiendo de las materias. Resulta fácil dar una información detallada de este sistema a las familias pero el contenido de esta información sería tan técnico que no conseguiría su propósito: transmitir una información clara, sencilla y fácil de entender.

Todo lo que hemos trabajado en el grupo ha influido mucho en distintos ámbitos de la práctica docente: en primer lugar, hemos aprendido a basar las actividades en los mapas de relaciones para que luego eso pueda trasladarse al aplicativo o el cuaderno de Séneca; en segundo lugar,  hemos aprendido nuevas formas de trabajar en grupo, que son imprescindibles para la evaluación por competencias; y en tercer  lugar, hemos descubierto que algunas de las pruebas diseñadas para responder a la necesidad de evaluar los distintos criterios pueden ser más atractivas para el alumnado.

Habría que volver a plantearse el objetivo no alcanzado y buscar fórmulas para trasladar a las familias en qué consiste la evaluación por competencias.

Por otro lado, nos ha costado mucho empezar con la elaboración de pruebas diferentes para evaluar los distintos criterios. Por ello, sería interesante seguir trabajando en el diseño de estas pruebas.