Los objetivos nos los planteamos desde una triple dimensión, en donde estas tres partes están entrelazadas, de forma que, sin la consecución de esta totalidad, no se podrían alcanzar aquellos más concretos que derivan de esta base, los cuales los dejamos plasmados en el proyecto inicial.

Recordando los objetivos que nos planteamos al inicio del curso, pasamos a hacer una reflexión de los que hemos conseguido.

Esta triple dimensión consta de las siguientes partes:

- Favorecer el desarrollo adecuado de la personalidad y del conocimiento social para conseguir el máximo bienestar social del alumnado.

Este aspecto lo hemos conseguido, pues en las tutorías semanales que han realizado los tutores y tutoras, y en las asambleas diarias en la etapa de Infantil, hemos trabajado el conocimiento y clasificación de las distintas emociones, comenzando por las básicas para llegar, en los cursos superiores a otras más complejas.

- Prevenir la aparición de problemas o disfunciones en este desarrollo que podrían desembocar en conductas desadaptadas o violentas.

Los conflictos se han resuelto de forma dialógica, como ya llevamos años haciendo, la novedad este año son las dinámicas grupales para cohesionar a los alumnos y alumnas de cada clase, haciendo una labor de prevención gracias a los recursos que pudimos aprender del curso de las emociones en el que estamos inmersos.

- Implicar a las familias en el reconocimiento de emociones y en la expresión de las mismas.

Se han trabajado actividades y tareas en las que las familias han estado implicando, rompiendo las fronteras del propio centro para llegar a implicar a toda la comunidad educativa.

• Logros más significativos en el centro tras la transferencia de lo aprendido

• Cartelería en espacios compartidos

  Hemos consensuado y creado frases para mejorar el ánimo de los alumnos/as que se han expuesto en los espacios compartidos, como pasillos y entrada al colegio. Este aspecto se nos ha quedado incompleto porque tuvo que verse interrumpido por el confinamiento.

  Cariñograma

  En los descansos de las escaleras se ha hecho un gran mural con los nombres de cada niño del colegio, repartidos en dos grupos, 1º, 2º y 3º por un lado y 4º, 5º y 6º por otro, en donde tienen cada uno/a una bolsita en donde los demás compañeros/as le mandan mensajes de cariño y apoyo. Al principio costó ponerlo en marcha, pero es algo de lo que estamos contentos, pues siempre se ven a un grupito de niños/as en las escaleras poniendo los mensajitos dentro.

  Mediadores

  Los mediadores forman parte del plan Escuelas de Paz, pero, como todo está interrelacionado, queremos mencionar la novedad que ha supuesto la formación en inteligencia emocional en este aspecto.

  Los mediadores, alumnos y alumnas de 3º ciclo, llevan resolviendo conflictos desde hace varios cursos, pero a raíz de comenzar el año pasado con nuestra formación en centro y la I.E., a final de curso se comenzaron a realizar de forma periódica una reunión con los mediadores/as para trabajar las emociones y cómo reconocerlas, de forma que la resolución de conflictos fuese más efectiva y cercana.

  · Logros más significativos en cada aula tras la transferencia de lo aprendido

  Cartelería en las aulas

  A través de carteles con frases clave que cada tutor ha colgado en su clase, se les recuerda a los alumnos y alumnas unas normas y una manera de actuar, anteriormente consensuada, a la hora de resolver un conflicto, ya sea entre varios alumnos/as o un conflicto personal en la que solo un alumno/a esté implicado/a.

  Estos carteles son ejemplos de modelos de comportamiento que todos/as los niños/as de la clase han decidido que son la mejor manera para afrontar ciertas situaciones, como recibir un control con mala nota o no estar de acuerdo con algún compañero/a en alguna actividad grupal. Se trata de dar a los alumnos/as las herramientas necesarias para canalizar sus sentimientos y no reprimirlos.

  Dinámica quincenal

  Cada semana, alternándola con la tutoría, se han trabajado aspectos relacionados con las emociones. Hemos comenzado con dinámicas de reconocimiento de emociones, más básicas en los cursos más bajos y más complejas en los superiores.

  Los materiales que se han utilizado son fichas de reconocimiento de las emociones según distintas expresiones para cursos más bajos, y, para los cursos superiores, a través del planteamiento de situaciones en las que hay alguna reacción compleja, se ha debatido cuál o cuáles han podido ser las emociones sentidas por el/la protagonista.

   

  Empatía

  Se le ha dado especial atención al trabajo de esta cualidad, pues creímos fundamental trabajarla para poder entender las emociones de los demás y aprender a reaccionar asertivamente ante situaciones de conflicto.

  · Productos, evidencias de aprendizaje, que se han generado

  Se han reducido el número de conflictos no resueltos

  Hemos notado un descenso en los conflictos no resueltos, es decir, discrepancias entre los alumnos y alumnas del centro las sigue habiendo, como es lo habitual, pero tanto los tutores/as dentro del aula como en los espacios compartidos, como puede ser el patio durante el recreo, los conflictos que nos llegan a los maestros/as para que los resolvamos, has descendido, pues han llegado a un acuerdo entre los propios alumnos/as a través del diálogo.

  Mejora del vocabulario relacionado con las emociones

  El claustro del centro ha llegado a la conclusión que el vocabulario usado por el alumnado ha cambiado y mejorado en lo que respecta a la identificación de sus emociones y también a la de los demás compañeros/as. A través de las tutorías y las dinámicas generadas en clase, el alumnado del centro es capaz de ahondar en su emoción y describirla, de forma que a la hora de dar apoyo o resolver un conflicto, resulta mucho más fácil y ellos/as empatizan mejor entre sí a la hora de llegar a un acuerdo mutuo.

  · Dificultades encontradas

  Por un lado, nos hemos encontrado con el problema del confinamiento a la hora de terminar nuestra formación, pues la inteligencia emocional necesita de estar en contacto los unos con los otros para poder desarrollar las relaciones entre compañeros/as y llegar a conocernos mejor.

  En cuanto a la relación con el alumnado, también se ha visto mermado, pues, como explicábamos con anterioridad, la calidad de las relaciones con nuestros niños y niñas, ha empeorado. Tenemos contacto diario con nuestro alumnado, pero ni mucho menos es igual que tenerlos en clase para trabajar con ellos la Inteligencia Emocional.

  Por otro lado, a este problema de falta de contacto, se añade la dificultad que la propia formación en Inteligencia Emocional conlleva, que es el tiempo que se tarda en adquirir esa formación. Dado el carácter reflexivo que tiene este curso, no se pueden acelerar los tiempos de adquisición de recursos y competencias en el tema.

  Para terminar, el cambio continuo de maestros/as cada año en el centro, hace que el avance en la materia sea aún más lento, pues se invierte mucho tiempo y esfuerzo en poner al día a los compañeros/as recién llegados y al año siguiente vuelta a empezar, pues vuelven a cambiar la plantilla y todo el tiempo invertido, se queda en nada.

  · Oportunidades de mejora

  Puesto que este año está siendo tan excepcional en cuanto al tiempo de formación y asistencia al centro, el año que viene volveremos a hacer el curso para continuar la formación.

  Pese a que el confinamiento ha traído una gran desventaja, también hemos podido ver cómo, incluso en tiempo complicados, hemos podido formarnos y aplicar nuestros conocimientos en dar apoyo a nuestro alumnado en tiempos del coronavirus.